Los resultados de la encuesta de Sondaxe reflejan que los gallegos en general y los coruñeses en particular creen que Lendoiro debe ser apartado de la presidencia del Deportivo y de las empresas que él se inventó alrededor del mismo.
La encuesta no entra en las cuestiones judiciales y es anterior a la resolución del juez Rafael García de no retirar a Lendoiro sus facultades patrimoniales. Ese es otro partido que se está jugando en los juzgados.
Aquí hablamos de la opinión de la ciudadanía gallega que a tenor de su respuesta no tiene confianza en quien preside el club. Llama la atención el hecho de que cuanto más cercanía geográfica con el Deportivo aumenta la mayoría de quienes creen que Lendoiro debe ser apartado. Y llama más todavía la atención el hecho de que solo cuatro de cada cien gallegos dicen que no debe ser apeado de la presidencia del Deportivo.
Lendoiro, cada día que pasa, se halla más aislado. Hasta el punto que se han resquebrajado lealtades en otros tiempos irreductibles. En la medida que unos han ido descubriendo las mentiras de su gestión y otros se han sentido traicionados, Lendoiro se va quedando en familia. El problema sigue siendo el daño que pueda hacer durante el tiempo que se atrinchere defendiendo su modo de vida.