Riki podrá redimirse de su noche más aciaga

Xurxo Fernández Fernández
Xurxo Fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

El ariete se recupera a tiempo de medirse en Riazor al Valencia tras la serie de ocasiones falladas que culminó en el descenso

26 ene 2013 . Actualizado a las 17:57 h.

La agonía se prolongó durante 66 interminables minutos. Cumplida la hora y pico, y tras cinco estocadas fallidas, Lotina optó por el descabello y dio entrada a Xisco. Camino del banquillo, Riki escuchó los silbidos de la grada, descontenta con el cambio y molesta también con la noche más desafinada del delantero de Aranjuez. El 11 blanquiazul nunca disfrutó en su carrera de ese idilio que otros, menos esforzados, sí han mantenido con el gol. Pero pocas veces se le concedieron tantas oportunidades como aquel 21 de mayo que concluyó con un descenso bañado en lágrimas.

Riki prometió volver y ayudar a reparar el daño. Una redención que arrancó en Segunda, donde completó una buena campaña (13 tantos) y ayudó al equipo a retornar a la máxima categoría. Hoy se le presenta una nueva oportunidad para relegar al olvido aquella noche infausta. El Dépor no se juega esta vez su plaza entre los grandes, pero el puesto de colista no invita al optimismo y cada compareciente en la sala de prensa de Abegondo ha incidido en la necesidad de convertir Riazor en un fortín. Un estadio que visita de nuevo el Valencia de las pesadillas blanquiazules.

Seis partidos sin marcar

El ariete de referencia en los de casa, autor de media docena de goles en lo que va de temporada, se ha recuperado a tiempo para el choque. Tras sufrir un esguince de tobillo en el Reino de Navarra, ha completado sin problemas los dos últimos entrenamientos de esta semana. Está listo para romper ante los che su racha de seis encuentros sin marcar, la más larga de esta campaña.

No podría encontrar mejor rival para enderezar el rumbo. Cuando encare a Guaita (relevo de Alves) no será su primera ocasión, sino la sexta. Las cinco anteriores las falló con César bajo palos. Banega será hoy, muy probablemente, el único vestigio del once de aquella noche. Uno de los cuatro titulares habituales (junto a Topal, Joaquín y Mata) que alistó Emery en la última jornada de la campaña 2010-2011. El grupo de meritorios asistió primero al tanto de Aduriz y después a un rosario de ocasiones falladas por parte de los blanquiazules.

Riki derrochó una manita. Empezó cabeceando por encima del larguero un centro de Guardado (minuto 10); tres después después, colocó en la grada una pelota servida por Valerón. A continuación, remató al palo una falta prolongada por Colotto. Justo antes del descanso, una nueva conexión con el Flaco murió en los guantes de César, que abortó también el quinto intento del de Aranjuez. Un testarazo en el minuto 62, solo cuatro antes de que Lotina pusiera fin a la agonía del delantero.