Parece que hay nervios en el equipo deportivista. Es la impresión que llega por diversas vías. La última, llega del entrenamiento del miércoles en Abegondo. Es una impresión, repito, porque para hacer afirmaciones en el mundo del fútbol hace falta, incluso, ser más que protagonista. Hay que ganar mañana, en Vallecas, para que se calmen las aguas. Ganar es la mejor medicina que se conoce en el mundo del balón, en donde las falsedades se soslayan para terminar convirtiéndolas en verdades (?) que dejan a uno con la boca abierta. Un tema que, sin buscarlo, puso Djukic de actualidad es el arbitral. Tanto que el Comité aceptó ahora que la expulsión del sevillista Médel, sancionado por dos partidos, no propinó cabezazo al barcelonista Cesc quien simuló recibir el golpe. El Sevilla afirmaba ayer que incluiría al chileno sancionado en la expedición a Vigo. Otro caso, ahora corregido después de la sanción impuesta, es el de Eliseu al que le anularon la tarjeta roja porque en un vídeo se demostró que no había dado el codazo a Pina, del Mallorca.
La Federación Española de Fútbol toma medidas (podríamos decir que son novedad en un intento por normalizar, porque arreglarlo del todo es imposible) en el tema arbitral. Por lo pronto, ya no será Álvarez Izquierdo el que pite en el Rayo-Deportivo. Anteayer, en Madrid decidieron anular su nombramiento por errores cometidos en recientes partidos. Será Pérez Montero, del Colegio Andaluz, el que pite mañana, en Vallecas. Esperemos que el acierto le acompañe.