El «jet stream» y Galicia

Xavier Fonseca Blanco
xavier fonseca REDACCIÓN / LA VOZ

TIEMPO

MONICA IRAGO

El planeta dispone de un sistema que pone en funcionamiento corrientes oceánicas y de aire que equilibran el desfase energético

11 feb 2020 . Actualizado a las 17:23 h.

La inclinación de 23,5 grados del eje de rotación de la Tierra provoca que la radiación solar sea intensa en el ecuador y débil en los polos. Para compensar este desfase energético, el planeta pone en funcionamiento corrientes oceánicas y de aire que distribuyen el frío y el calor por todo el globo llevándolos donde hace falta. El viento existe precisamente para transportar aire cálido hacia el norte y frío hacia el sur. En Galicia, al encontrarse en las latitudes medias, confluye el frío que desciende y el calor que asciende. Justo donde se encuentran estas masas de aire de diferente temperatura está la corriente en chorro o jet stream. Se trata de un cinturón de vientos que rodea el hemisferio boreal de oeste a este.

La corriente puede desplazarse de dos modos; zonal o meridional. Cuando circula de forma zonal, se mueve siguiendo los paralelos y alcanza una mayor velocidad. Además, trae de la mano las borrascas. Los trenes de ciclones que son habituales en Galicia durante el invierno suelen estar relacionados con este modo zonal de la corriente. Sin embargo, el jet stream también puede hacer grandes meandros como los de un río. Este es una forma más debilitada y circula de norte a sur y de sur a norte. Esta configuración se está convirtiendo en algo habitual en el contexto de cambio climático.

Como la Tierra se calienta, la diferencia de temperatura entre el ecuador y los polos se reduce, y por tanto la corriente se destensa.

Esta última semana Galicia ha estado en la zona ascendente de la corriente que canalizaba el aire cálido hacia el norte, alimentaba al anticiclón y permitiría que las temperaturas fuesen muy elevadas para el mes de octubre. Este fin de semana, sin embargo, Galicia quedará en la parte descendente de la corriente que empuja el aire desde el polo directamente hacia latitudes más bajas. Este aire frío será responsable del desplome de los termómetros y de la cota de nieve, que se situará entre el sábado y el domingo en torno a los 800 metros de altura. El viento que acompaña al aire que llega desde el Ártico soplará además con fuerza.

Después de un fin de semana gélido y lluvioso, especialmente en el norte de la comunidad, a medio plazo la configuración de la corriente en chorro podría adquirir un modo algo más zonal. Por tanto, ni llegaría aire cálido ni tampoco polar. Pero como se desplazaría de oeste a este, vendrían las borrascas. Los principales modelos meteorológicos apuestan ahora por la visita de un ciclón extratropical el próximo miércoles. Este sistema de bajas presiones se situaría además cerca de la comunidad y por tanto los episodios de viento y lluvia podrían ser intensos. Habrá que ver cómo evoluciona, porque el tiempo depende directamente de lo que hace la corriente en chorro. El escenario está muy abierto y todo puede ocurrir. Lo más inminente, eso sí, es la irrupción del aire ártico y la primera nevada de la temporada, también en la montaña de Lugo.