Las claves de zonas áridas para analizar el cambio climático en áreas templadas

Gala Dacosta Diehl

TIEMPO

En enero de este año ya se hablaba de amenaza de sequía en Galicia. La falta de lluvias dejó el embalse de Belesar al 50% de su capacidad y convirtió Castro Candaz en un reclamo turístico.
En enero de este año ya se hablaba de amenaza de sequía en Galicia. La falta de lluvias dejó el embalse de Belesar al 50% de su capacidad y convirtió Castro Candaz en un reclamo turístico. ROI FERNÁNDEZ

Un estudio puede servir de precedente para analizar la capacidad de los ecosistemas para adaptarse a los eventos climáticos extremos

31 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Los continuos fenómenos que venimos experimentando desde hace meses demuestran que el clima de zonas húmedas y templadas está cambiando como hasta ahora solo se creía que ocurría en zonas cálidas del planeta.

Los datos que arroja el último estudio publicado en la revista Nature Ecology and Evolution, en el que participa la investigadora del Museo Nacional de las Ciencias Naturales de Madrid, Ana Rey, demuestra que las zonas áridas aumentarán unos 17 millones de kilómetros cuadrados a finales de este siglo, lo que podría disminuir la humedad del suelo un 74 % en determinadas zonas del planeta. Nuestro país sería una de las regiones damnificadas. Este análisis ha sido recogido por la agencia Europa Press.

«Los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes»

Según la investigadora, «Los eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes: el deshielo en zonas de alta de montaña es cada vez más temprano y los incendios severos, las lluvias torrenciales o los períodos de sequía son cada vez más recurrentes e intensos. Nos preguntamos cuál sería el futuro de los bosques templados y regiones de cultivos del planeta si estas tendencias continúan».

Lo cierto es que puede contestar a esta cuestión otro investigador, José Grünzweig, que estudia el impacto humano en los ecosistemas. Desde la Universidad de Jerusalén, analizó cómo se adaptan las especies y los ecosistemas a la vida en zonas áridas. Es un campo todavía poco estudiado porque los ecosistemas de tipo desértico se han estudiado menos: los países con esas condiciones climáticas suelen tener una infraestructura científica más reducida.

Hay ciertos mecanismos adaptativos al cambio de clima en regiones tanto cálidas como templadas para aclimatarse a los cambios. Afectan a la distribución de la vegetación, al crecimiento vegetal o al flujo de agua, entre otros, y mientras que se creía que estos procesos o mecanismos solo tenían lugar en climas áridos, todo apunta a que no es así. Desde el departamento de la Universidad de Jerusalén dedicada a los ecosistemas que han sufrido modificaciones por la mano humana han hecho un listado de esos mecanismos de adaptación a las condiciones del clima. Son los que permiten que la vida en estas zonas sea posible y que todo funcione como debiera.

En el actual contexto de crisis climática, este estudio puede servir de precedente para continuar analizando la capacidad de los ecosistemas para adaptarse a los eventos climáticos extremos, aquellos que se prevén y los que no.