El sector lácteo gallego afronta su mayor reto económico, pero también ecológico

x.r. alvite REDACCIÓN / LA VOZ

TERRA

J.M.CASAL

La llegada de la nueva Política Agraria Común obligará las granjas de la comunidad a mejorar su eficiencia y a poner en marcha mayores medidas de protección medioambiental

22 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Inmerso en una crisis de rentabilidad sin precedentes, con miles de granjas que ni siquiera logran cubrir sus costes de producción con el precio que reciben por la leche que producen, el lácteo gallego afronta un período decisivo para su futuro. Aspectos tan determinantes como la reciente modificación de la Ley de la Cadena Alimentaria o la nueva normativa sobre condiciones de contratación en el sector abren un nuevo escenario que debería servir para mejorar la difícil situación por la que atraviesan numerosos ganaderos.

Estos, a su vez, deberán centrarse en optimizar sus recursos y mejorar su eficiencia con vistas a ganar en rentabilidad y sostenibilidad. Aspectos imprescindibles para afrontar con garantías la nueva Política Agraria Común para el período 2023-2027, que impondrá mayores exigencias ambientales en el ámbito agroganadero. Estos son algunos de los principales retos y dificultades a los que deben hacer frente los productores gallegos a corto plazo.

 COSTES

Aumento de la base territorial

Con escasa capacidad para influir en los precios que reciben por su materia prima, los ganaderos no pueden más que centrarse en reducir sus costes para mejorar sus cuentas de resultados. Producir más barato no resultará, sin embargo, un asunto sencillo habida cuenta del fuerte repunte experimentado por los precios de los piensos —la alimentación del ganado representa ya el 65 % de los gastos de producción de un litro de leche—, los abonos, los combustibles o la electricidad.

Una de las soluciones pasa por seguir aumentando la base territorial para que las ganaderías puedan producir la mayor cantidad posible de alimento y, de este modo, depender menos de las compras foráneas. En este sentido, la Lei de Recuperación da Terra Agraria debe ser un mecanismo que ayude a recuperar para su uso buena parte de las 140.000 hectáreas de superficie agraria útil que se han perdido en Galicia durante las dos últimas décadas.

CONTRATOS

Mejorar la capacidad negociadora

Ninguna de las modificaciones experimentadas por el Paquete Lácteo ha conseguido uno de los objetivos principales para lo que fue creado: mejorar la capacidad negociadora de los ganaderos. De hecho, las granjas siguen siendo, a día de hoy, la parte más débil de la cadena láctea, sin capacidad alguna para imponer las condiciones de los contratos que firman con la industria. Buena prueba de ello es la imposibilidad de repercutir sobre los precios de venta de su materia prima el fuerte encarecimiento experimentado por los costes de producción.

Habrá que vigilar el grado de cumplimiento de la nueva normativa (es una modificación del decreto 95/2019) que establece las condiciones de contratación en el sector lácteo y regula el reconocimiento de las asociaciones de productores. Principalmente, en aspectos tan relevantes como el que establece la revisión obligatoria de los contratos lácteos cuando se dé un escenario de subida generalizada de costes de producción, tal y como sucede en este momento.

MEDIO AMBIENTE

Prácticas respetuosas con el entorno

Varios son los desafíos ambientales que se le presentan a las granjas lácteas gallegas a corto y medio plazo. Retos que, sin embargo, habrá que afrontar sin mermar el desarrollo económico de las explotaciones y su competitividad en el contexto europeo, tal y como apuntan desde el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo desde donde señalan la necesidad de incidir en aspectos tan importantes como la gestión correcta de los purines o la protección de la calidad de las aguas.

En este caso, resultarán determinantes el dimensionamiento y cubrición de las fosas de purín, la valorización de estas deyecciones animales como un fertilizante de alta calidad o el empleo de prácticas agrarias más efectivas para llevar a cabo su aplicación. Del mismo modo, también se considera de gran importancia el mantenimiento de los bosques de ribera o los cierres tradicionales de piedra como elementos que ayudan a mejorar la protección de las aguas.

FERTILIZANTES

Un 20% menos hasta 2030

La Comisión Europea estima que el exceso de nutrientes en el medio representa una importante fuente de contaminación del aire, suelo y agua y, por tanto, suponen una amenaza a la preservación de la biodiversidad y el clima. De ahí que se señale la necesidad de reducir, de aquí al año 2030, un 20% la cantidad de fertilizantes químicos que se emplean en el campo. En este mismo sentido, la reciente normativa estatal sobre la nutrición sostenible de suelos agrícolas, también tendrá importantes repercusiones sobre las explotaciones gallegas. Por lo de pronto, y salvo sorpresas de última hora, prohibirá la utilización de los actuales sistemas de abanico para la aplicación del purín —el mayoritario en Galicia— y obligará a las granjas a contratar un asesor agrónomo que vigile la puesta en marcha de planes individuales de fertilización. Además de un aumento del control administrativo, también será necesaria la realización periódica de analíticas de tierras y purines.

 METANO

Mejor gestión de la dieta

El metano es uno de los gases de efecto invernadero que más contribuye al cambio climático por lo que el control de estas emisiones —la agricultura y la ganadería son, según la UE, responsables del 10 % del total — será determinante para que se puedan alcanzar los objetivos climáticos de 2050. En este sentido, Galicia deberá trabajar en ámbitos como el de la alimentación del ganado —buena parte del metano que se emite a la atmósfera procede de la digestión de los rumiantes— o la gestión adecuada de los purines. La opinión de los investigadores apunta a la necesidad de realizar balanceos de las raciones que ingieren las vacas, adaptando el consumo de comida a sus necesidades, junto a otras medidas relativas a un mejor dimensionamiento de las fosas de purín o al cambio de prácticas agronómicas propiciando, por ejemplo, el enterramiento del abono inmediatamente después de su aplicación.

BIENESTAR ANIMAL

Reducción del uso de antibióticos

La reducción en el uso de medicamentos será otro de los retos a los que tendrá que hacer frente el sector agroganadero a corto plazo. De hecho, la estrategia europea De la granja a la mesa recoge entre sus objetivos la reducción a la mitad del uso de estos medicamentos a finales de esta década, tomando como referencia el año 2017. Aunque las granjas gallegas llevan años trabajando en realizar un uso más eficiente de estos productos, desde principios de año existe una nueva normativa europea que incide aún más en este aspecto. Para cumplirla, las explotaciones deberán apostar por la puesta en marcha de sistemas de bienestar animal en materia de instalaciones o de manejo y la implantación de terapias selectivas de secado que permitan reducir la incidencia de enfermedades y, por tanto, también el uso de antibióticos para tratarlas.