Personas competentes, empresas competitivas

Eduardo García Erquiaga DIRECTOR DE GALICIA BUSINESS SCHOOL

TERRA

SANDRA ALONSO

28 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Un gran economista del siglo pasado, Samuelson, se atrevió a pronosticar el futuro económico de dos países. De uno de ellos decía que su población todavía estaba culturalmente en la Edad Media, que carecía de recursos naturales y que su situación geográfica le dificultaba el comercio internacional. En suma, un país con un futuro poco halagüeño. Del otro país decía que su situación geopolítica era óptima, que su población era joven y multicultural y que contaba con unos recursos naturales extraordinarios, lo que, junto a su condición de proveedor de los países occidentales en la posguerra, lo convertía en una de las grandes potencias económicas en las próximas décadas.

Samuelson se equivocó: el primer país era Japón, y el segundo Argentina. Cuando lo fiamos todo a los recursos y al dinero es muy probable que la apuesta no salga bien. Cuando apostamos por las personas preparadas y competentes entonces es muy difícil que el futuro nos traicione.

Es obvio que Galicia cuenta con los recursos naturales para ser una gran potencia vitivinícola. Tenemos el clima, la situación geográfica, el terreno y variedades singulares. Pero además contamos con mucho más que recursos. Los últimos estudios realizados por Galicia Business School para el Plan Estratégico de la Comarcas Vitivinícolas Gallegas sobre los vinos gallegos en la distribución y la hostelería en España muestran un futuro enormemente prometedor, y no solo para los vinos blancos sino también para los tintos. Constatan que los Consejos Reguladores están haciendo su trabajo y son una sólida marca paraguas para nuestro vino. Indican que nuestros vinos gozan de una buena reputación, con varias D.O. gallegas que superan en su valoración de los restauradores y distribuidores a las mismísimas Rioja, Ribera de Duero o Rueda.

Hoy nuestras D.O. siguen la estela de su hermana mayor, la D.O. Rías Baixas, y ya conquistan mercados ganando dinero, creando empleo y elevando las rentas de los viticultores. Son un sector estratégico para Galicia y un elemento clave para la fijación de población en el medio rural. Y afortunadamente, a diferencia de otros sectores clave para nuestra economía, es imposible de deslocalizar, porque tienen sus raíces literalmente en nuestra tierra, en la que genera valor económico y desarrollo empresarial.

Muchos lo han hecho muy bien durante dos décadas para estar hoy más cerca de la tierra prometida, pero, para que no nos ocurra lo de Argentina, debemos seguir abundando en lo mucho y bueno realizado. Seguiremos recorriendo la senda de la profesionalización, la tecnología y la internacionalización. La senda de la competitividad. Y no hay bodegas competitivas sin profesionales competentes.

Aquí cobra todo su sentido la formación. Aprender lo nuevo y desaprender lo que ya no sirve. Adaptarse al cambio y a las nuevas realidades, y hacerlo en equipo, desde el contraste de opiniones y el esfuerzo y apoyo colectivo. En eso consiste el Programa Superior en Dirección de Empresas Vitivinícolas, que ha sido todo un éxito de convocatoria. Nuestros profesionales saben que de su capacitación depende el éxito de sus proyectos. Por eso hoy celebramos la unión del sector para formar empresarios, profesionales y directivos que, en equipo, hagan realidad ese viejo proverbio chino: «Si tus planes son a un año planta arroz, si son a varios años planta un árbol, pero si son a un siglo, forma personas».