Galicia planta cara a la basura marina con acciones que la combaten por tierra y mar

A. Buíncas REDACCIÓN / LA VOZ

TERRA

Martelo

En torno a 200 pescadores y mariscadores han cobrado por lo que no hace mucho tiempo parecía imposible: salir a capturar basura en lugar de peces y bivalvos en caladeros y arenales

25 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay quien vaticina -léase la británica Fundación Ellen MacArthur, que soltó la bomba en el Foro de Davos de hace ahora dos años- que en el 2050 habrá en el océano más toneladas de plástico que de peces. Es una previsión. Y lo bueno (o malo) que tienen las previsiones es que pueden cumplirse... o no. Desde el luego, el mundo está intentando frustrar ese augurio. Puede que un poco más tarde de lo que convendría, pues se está llegando a un punto que va a ser posible ver una tortuga con mascarilla -y no precisamente porque la haya adquirido en una farmacia para protegerse contra el coronavirus-, pero parece que la sociedad ha tomado conciencia del problema.

Cada vez se aprecian más conspiraciones para frustrar los vaticinios de esa entidad. Movimientos a veces colectivos, a veces individuales o de grupo, que confabulan contra la Fundación Ellen MacArthur ayudándola a cumplir sus objetivos. Porque precisamente la meta de la organización no es otra más que conducir al mundo hacia una economía circular en la que el plástico nunca, jamás, se convierte en desperdicio ni contaminación.

Martina Miser

Galicia se ha sumado a esos movimientos. Surgen por doquier iniciativas de recogidas de basuras en playas, puertos y fondos marinos. Acciones impulsadas en ocasiones a título particular, por asociaciones o colectivos, y a veces desde las instituciones, con medidas que alientan la retirada de residuos del mar, para evitar que los plásticos superen a los peces. Galicia quiere ver su Mar Limpo, hasta el punto de que se está pagando por pescar plástico. Plástico y otros desperdicios.

 «Mar limpo»

Pagar por pescar basura. Marlimpo es el programa de la Consellería do Mar que, con dinero del FEMP (Fondo Europeo Marítimo de Pesca), financia iniciativas de entidades vinculadas al mar para luchar contra la basura marina. Subvenciona tanto acciones de sensibilización como la pesca activa de basura. Esto es, paga a quienes decidan salir a pescar basura en lugar de capturar peces o extraer bivalvos y crustáceos. Unos 200 profesionales se han subido a ese carro. Profesionales que no han tenido que pasar por lonja al final de la jornada, pero han cobrado como si lo hubieran hecho, pues la Consellería do Mar paga al día lo que hubiesen podido ingresar faenando.

Para ello hace un cálculo basándose en la media de ingresos de tres años. Varía según las zonas en las que operen pero, según las cuentas de la Xunta, cambiar un día la pesca de bajura por la de basura puede suponer unos ingresos entre 179 y casi 2.000 euros. Si son las mariscadoras de a pie las que en vez de recolectar almejas se dedican a la retirada de residuos recibirán entre 50 y 125 euros, dependiendo del área geográfica en la que operan. Si son percebeiros los que retiran desperdicios reciben por día de 85 a 143 euros.

«Econoia»

El mayor «ejército» contra el desperdicio marino. La mayor parte de los que han levantado la mano para pescar basura son productores de la Cofradía de Noia, tanto de de a pie como de a flote. Por eso que quizá sería mejor decir mariscar basura. El ejército de Econoia, como se denomina la ofensiva, está formado por 171 soldados que dan la batalla contra la contaminación retirando residuos de playas y bancos y, además, realizando labores de inteligencia como un estudio de acumulación de basura, un trabajo de clasificación de los residuos, un inventario y distintas acciones de sensibilización. El presupuesto de esas acciones es de 204.200 euros, la mayor tajada de los 275.000 euros que ha comprometido el programa Marlimpo con aquellos proyectos que se han presentado.

 «Flancos» norte y sur

Otras «huestes» para la batalla. Con Noia, también se han apuntado a la guerra activa contra las basuras marinas los productores de Cedeira y los profesionales de Vigo. Los de la zona norte, con huestes mucho más modestas que los noieses (son 20 en la Cofradía de Cedeira frente a las 383 de la barbanzana), combinan el cuerpo a cuerpo con la basura con las acciones de formación y visitas de divulgación. Por la parte de Vigo, los profesionales atienden dos frentes: cinco embarcaciones combaten por mar y tres mariscadores a pie de orilla, además de divulgar su trabajo.

 En la retaguardia

La lucha pasiva contra la basura. Ese ejército pesquero y marisquero que se bate con la basura tiene también soldados en la retaguardia. Unos 400 profesionales por tierra y ocho embarcaciones. Son las que también se enfrentan a la polución por desperdicios pero de forma pasiva. Su misión consiste en traer a tierra todos aquellos residuos que encuentren mientras están faenando normalmente. Es una especie de obligación de desembarco de capturas accesorias que, a diferencia de los descartes pesqueros, se ve recompensada económicamente. Una de esas ofensivas es Lixeando, de la cofradía de Arcade. También los pósitos de Lira, O Pindo, Muros, Noia y Porto do Son, aliadas en el grupo de acción local pesquera Seo de Fisterra-ría de Muros Noia, desarrollan Rías Sostibles, una acción para la que cuentan con el apoyo táctico de Adega (Asociación de Ecoloxistas de Galicia). Vilanova cubre otro flanco pasivo, con un proyecto de sensibilización sobre la presencia de basuras marinas en los parajes naturales. Todos van armados con sesiones formativas, guías de buenas prácticas, material informativo...

 Alianza internacional

«Triple entente» en el Atlántico . El plan Marlimpo, que ha merecido condecoraciones verbales y escritas por parte de las instituciones europeas, no es la única acción organizada que se ha lanzado desde la Administración gallega para evitar que el plástico supere a los peces. Esta, en algunas ocasiones se ha aliado con otros ejércitos del Atlántico para combatir la basura marina. Es el caso de la batalla CleanAtlantic, un programa también ensalzado desde Europa que, con el Cetmar (Centro Tecnolóxico do Mar) al mando, trata de proteger la biodiversidad y el ecosistema marino atlántico por medio de la mejora de las capacidades de prevención, monitorización y eliminación de la basura marina. Las tropas que envió Galicia a la misión fueron profesionales de las cofradías de A Illa de Arousa y Cambados, con el apoyo táctico del Servizo de Gardacostas de Galicia. Esa especie de triple entente arousana ha podido retirar del mar 15 toneladas de basura marina.

 Ocean wise

El porexpán enemigo. Cualquier residuo que altere el entorno marino es un enemigo a batir. Pero el plástico es el principal a batir. Por eso desde la Administración gallega también se ha apuntado a la alianza trasnacional Ocean Wise, que lucha contra la basura marina, pero, sobre todo, contra el impacto que producen los productos de poliestireno expandido (EPS), porexpán por nombre de guerra. Ese proyecto pone de lleno un pie en esa economía circular que alienta la Fundación Ellen MacArthur, pues consiste en proponer y testar distintas opciones de gestión de este residuo en diferentes industrias. Prueba la reducción, la reutilización, el reciclaje, la recuperación y todas las erres que pueda haber para librarse de un producto plástico que ha demostrado ser capaz de atacar al medio ambiente marino.

 Cerrar el círculo

De basura a ropa, gafas, relojes, calzado... La economía circular ha convertido el plástico en anoraks, gafas de sol, relojes, sandalias... De sobra es conocida la iniciativa de Ecoalf y Ecoembes de reutilizar el plástico que se rescata del mar para convertirlos en prendas textiles y otros complementos que acaban vistiendo, por ejemplo, al Dépor. Pero el Upcycling the oceans, en el que participan barcos gallegos, ha tenido también una réplica en Galicia. ML Style fue el proyecto que el Puerto de Vigo a través de su estrategia de Crecimiento Azul (BlueGrowth) e Inditex desarrollaron entre el 2008 y el año pasado en el que diseñaron un sistema de gestión integral de los residuos inorgánicos de los puertos pesqueros (fuesen plásticos alimentarios, cajas de porexpán, aparejos marinos...) y estudiar sus posibilidades de uso como materias primas para la fabricación de ropa, accesorios y complementos de moda con el sello de Inditex. Tomaron parte 10 cofradías de la provincia de Pontevedra y trece barcos arrastreros de la Organización de Productores de Marín (Opromar). En total, se retiraron del mar 60 toneladas de residuos.

 Ocean wise

El porexpán enemigo. Como en todas las contiendas que se precie, contra la basura marina también se hace una guerra de guerrillas, que poco a poco está dando sus frutos. Una de las más activas en este campo es la cofradía de A Illa, que ha encontrado en las redes sociales una mina del activismo y ha convertido el WhatsApp y el Facebook en armas contra la basura marina. Son los canales de comunicación que tiene abiertos para que cualquier activista comunique que ha habido avistamientos del enemigo y un grupo de activistas se hará cargo de ellos. Así, si alguien encuentra desperdicios tirados, puede optar por recogerlos y depositarlos en uno de los puntos que la cofradía ha habilitado o simplemente hacerle una foto, indicar su localización y pasarla por WhatsApp para que gentes del pósito vayan a recogerla.

 Guerra de guerrillas

Quedadas. La guerra de guerrillas también se ejerce desde otros ámbitos no ligados profesionalmente al mar. Es el caso de acciones como Libera o Basuraleza, que organizan jornadas para retirar desperdicios de las playas o las quedadas espontáneas de personas a título individual o animadas por colectivos. Algunos artísticos que convierten en obras de arte lo que antes era, simple y llanamente, basura.