Guía para saber elegir unos zapatos

La Voz REDACCIÓN

TENDENCIAS

MARIO ANZUONI | REUTERS

Pueden ser una buena opción de regalo ahora que las Navidades están a la vuelta de la esquina

15 dic 2014 . Actualizado a las 17:20 h.

Queridos todos aquellos que esperáis a última hora para comprar los regalos: las Navidades están a la vuelta de la esquina y ya no hay excusas que valgan. Con poco más de una semana por delante y con solo un fin de semana de por medio para solucionar la papeleta, ha llegado el momento de tomar decisiones. Y aunque en algunas culturas regalar zapatos trae mala suerte -en África no forman parte de los habituales presentes entre personas unidas por un lazo íntimo o fuerte ya que lo consideran sinónimo de mal augurio-, aquí es una solución más que habitual y muy recurrente a estas alturas de mes. Muchos, tras esta afirmación, se estarán preguntando interiormente eso de: «¿y por qué no regalo calzado?».

No es mala solución, sobre todo, y por encima del resto de complementos y accesorios, puesto que funciona en todos los sentidos. Es decir, nos podemos encerrar en una zapatería durante un par de horas y salir con los regalos para todos comprando pasando por mamá, papá, abuelos, hermanos hasta llegar a pareja, hijos, sobrinos y demás familia. La primera ley de los podólogos es que el zapato debe llegar hasta debajo de los maléolos -los huesos laterales del tobillo- y, en el caso de las botas, ser lo suficientemente flexibles para permitir el movimiento completo de la articulación del tobillo. Con esto en mente y, a partir de aquí, las diferencias de sexo y de edad en mente, comprar calzado -como los que se pueden encontrar en El Corte Inglés- es tarea sencilla siempre que se tengan en cuenta una serie de reglas básicas a seguir.

Por ejemplo, en el caso de los adultos, ya sean mujeres u hombres, deben escogerse los zapatos adecuados en función de la forma del pie y del tipo de pisada de cada uno, aunque por norma general la plantilla tiene que ser plana y flexible. Por esta razón, hay que tener claro por un lado el número de pie y todas sus variedades, porque no es lo mismo el que usamos en zapatillas que en botines, y por otro que nunca hay que probarlos sentados porque es de pie cuando las extremidades se ensanchan al soportar todo el peso y se puede ver si aprieta o no en algún sitio. El objetivo final es que sean cómodos desde el primer día y que haya un espacio de entre 0,5 y 1,5 centímetros entre el dedo más largo del pie y el calzado. Así, con estos consejos en mente, para cada sexo tenemos unas u otros modelos. Partiendo de la base de que en estamos en invierno y, por tanto, hay que dejar aparcadas las sandalias y todas sus variedades hasta que el sol y las altas temperaturas vuelvan a ser la tendencia dominante del tiempo.

¿Qué zapatos escoger entonces? Lo mejor a estas alturas es que para mujeres sigamos las tendencias de la temporada. Por tanto, podemos elegir entre unos botines planos en negro de Green Coast con suela de material sintético y tacón medio de madera, por unos botines en color negro y con tacón alto de Calvin Klein, o por los tradicionales, pero que nunca pasan de moda, Panama Jack en cuero. En el caso del bando masculino, ellos también siguen de cerca a ellas a estar alturas de año y las opciones rondan las botas lisas en color gris confeccionadas en tejido sintético de Green Coast, las de pala vega en marrón confeccionadas en piel de Hugo Boss, o las marrón oscuro de Panama Jack elaboradas en piel napa waterproof.

Con los adultos más o menos arreglado, si también nos decantamos por regalar calzado a los más pequeños de la familia, la tarea es más complicada. En su caso, y dando un poco igual que sean niños o niñas, uno de los errores más frecuentes es comprarlos demasiado grandes cuando lo correcto es elegir la talla correcta. Apostar por uno o dos números más grandes pensando en el futuro provoca que les sea difícil caminar al bailarle dentro del pie. Otro punto a tener en cuenta es que la planta del zapato debe ser ancha y de forma redondeada o cuadrada, evitando a toda costa que terminen en punta, lo que provocaría que oprimieran el empeine. Un empeine que, por otra parte, debe estar muy bien sujeto, para evitar que el calzado de turno salga volando en medio de un juego, ya sea a base de cordones, hebillas o velcro.