La explicación de por qué «El Señor de los Anillos» es más ágil que «El Hobbit»

La Voz REDACCIÓN

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Cada segundo de la segunda trilogía equivale a 3,12 palabras en el libro de Tolkien

12 dic 2014 . Actualizado a las 18:08 h.

Peter Jackson hizo un admirable ejercicio de condensación en la trilogía de El Señor de los Anillos y consiguió concentrar magistralmente en tres películas el universo creado por Tolkien. En la primera entrega, cada segundo supone 16 palabras del libro; en la segunda, bajan a 13; y en la tercera, a 11. El guionista, productor y director neozelandés, en lugar de afinar, fue sin embargo dilantando con el tiempo su trasvase del papel a la pantalla. Lejos de los valores anteriores están los 3,12 términos por cada segundo de la saga de El Hobbit. Si en un segundo de película sucede lo que Tolkien relató en 16 palabras, la historia será una aventura fluida y más bien rápida, como lo es cualquiera de las tres películas de El Señor de los Anillos. Pero si en un segundo en pantalla sucede lo que Tolkien contó en solo tres palabras, obligatoriamente la acción se ralentizará, la cinta se alargará sin contar nada.

A pesar de todos estos cálculos matemáticos -y otros que revelan que en ver las tres partes de El Hobbit se tarda ocho horas y media y en leer el libro de un tirón, poco más de cinco horas-, la precuela de El Señor de los Anillos, que junto con Un viaje inesperado y La desolación de Smaug se acaba de cerrar con el estreno de su tercera película, La batalla de los cinco ejércitos, es un exquisito trabajo de efectos especiales y acción. ¿Tendrá algún tipo de continuidad? ¿Volverá a adaptar Peter Jackson alguna historia más de la Tierra Media, como por ejemplo El Silmarillion? Es difícil. Se trata de un arduo compendio de nombres, fechas y datos, escrito por Tolkien y su hijo, que cuenta con los derechos del libro.