El café, de estar prohibido a consumirse más de 2.000 millones de tazas al día

La Voz REDACCIÓN

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Cuenta la leyenda, que en el siglo XVII cuando llegó a Europa era pecado beber este líquido marrón

13 oct 2014 . Actualizado a las 21:31 h.

Hoy por hoy, el café es el pan de cada día de la gran mayoría de las personas. Nadie concibe levantarse por las mañanas y no hacerse una taza de esta bebida, obtenida a base de semillas tostadas y molidas, como excusa del desayuno pero con el objetivo de despertarse. Sin embargo, aunque en la actualidad no se puede vivir prácticamente sin él, cuando llegó a Europa en el siglo XVII fue prohibido sin miramientos. ¿La razón? Algunos sacerdotes católicos consideraron que este líquido marrón era una invención del demonio que pretendía sustituir al vino, que ellas creían una bebida santa ya que había sido santificado por Jesús en la última cena. Eso sí, aunque de puertas para fuera se relacionaba el café con el pecado y la lujuria, en el libro Coffee se cuenta que el papa Clemente VIII quedó cautivado de esta bebida. A raíz de este enamoramiento, al pontífice no le quedó otra que «bautizarlo» para que todos sus súbditos también pudieran disfrutarlo.

A pesar de las reticencias iniciales y aunque en Rusia estuvo prohibido con penas de tortura y mutilación, el encanto del café no tardó en darle la razón a Clemente VII y conseguir que más de medio mundo cayera rendido a sus pies. Así, en la actualidad, es la segunda bebida más ingerida del mundo. Según las cifras, solo al día se consumen más de 2.250 millones de tazas. Al final de un año, esto se traduce en más de 400 billones. Así, es normal que la industria del café mueva más de 70.000 millones de dólares al año, solo superada por la petrolífera.

Pero no solo de tazas vive el café. Ahora ya no solo te despiertas con una taza de este líquido. La gastronomía ha encontrado en este liquido en el mejor aliado, sobre todo para sus postres. De esta forma, los más golosos que consideran que esta bebida era demasiado amarga para sus delicados paladares llenos de azúcar ya no tienen excusas para decirle que no al café. Flan, canutillos de hojaldre,... solo hace falta un poco de imaginación y un poco de café soluble -como el de Yauco que se puede encontrar en El Corte Inglés- para disfrutar de este líquido como dios manda.

Flan de café

Canutillos de hojaldre con crema de café

Tiempo: De 20 a 40 minutos

Ingredientes para cuatro personas: dos láminas de hojaldre, 150 gramos de crocanti de almendras y dos huevos.

Relleno: 150 gramos de almendra molida, 150 gramos de azúcar, 5 yemas, 275 mililitros de leche, 2 cucharaditas de maicena, un limón, 50 gramos de azúcar, 6 cucharaditas de café soluble.

Elaboración:

Encender el horno a 180 grados. Estirar las láminas de hojaldre y cortar en tiras de unos 5 cm de ancho. Enrollar 6 conos de metal para formar canutillos con las tiras de hojaldre sobreponiendo los bordes de hojaldre entre sí y adhiriéndolos con huevo batido. Pintar toda la superficie con huevo batido y pasar los canutillos por crocanti de almendra. Hornear 25 minutos hasta que queden dorados. Dejar que reposen 1 minuto y sacar los canutillos de su molde; reservarlos.

Calentar la leche y añadir el café soluble. Batir las yemas junto con el azúcar hasta blanquearlas y agregar el café preparado reservando un poco para disolver la maicena. Incorporar la maicena diluida y remover bien la mezcla. Pasar a un cazo y, sobre fuego bajo, calentar sin dejar de remover hasta que se espese. Retirar del fuego y mezclar con la almendra molida. Dejar enfriar. Rellenar cada canutillo con esta crema y servir con unos topitos de chocolate (opcional).