¿Por qué «Boyhood» tardó en rodarse 12 años?

AFP

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Richard Linklater vuelve a recurrir al paso del tiempo como principal protagonista, un concepto al que se aferró con éxito en su aclamada trilogía «Antes del...»

17 sep 2014 . Actualizado a las 21:44 h.

Contar cómo un niño crece y se convierte en adulto puede parecer una historia sencilla, sin mucho interés, pero el director Richard Linklater, que se convirtió sin discusión en uno de los cineastas más importantes de Hollywood después de su trilogía romántica Antes del amanecer, Antes del atardecer y Antes del anochecer -esta última puede encontrarse en El Corte Inglés-, lo hace de una forma excepcional en Boyhood. Para ello ha tardado doce años, un experimento único hasta ahora en el cine.

Un grupo de actores estuvo reuniéndose de forma secreta desde el 2002 hasta finales de 2013 para retratar la vida y evolución de una familia de clase media estadounidense en Texas. Mason Jr, el hijo menor de Olivia y Mason -interpretados por Patricia Arquette y Ethan Hawke- guía con su prudencia y curiosidad al espectador en esta historia real convertida en ficción.

«La idea de ser testigo de cómo un niño pasaba por los ciclos de la vida y crecía fue muy excitante», contó en una entrevista Arquette, para quien Olivia es una madre entregada a sus hijos y lucha incansablemente por lograr un futuro mejor. El paso del tiempo es de nuevo protagonista en este trabajo de Linklater, quien ya demostró lo mucho que ama este concepto en su aclamada trilogía, también protagonizada por Hawke.

En Boyhood, el tiempo es la única acción, alimentada por la transformación física de sus protagonistas. Mason se hace mayor al mismo tiempo que el actor que le da vida, Ellar Coltrane, quien comenzó a actuar con siete años y terminó con 19. Mientras tanto, narra lo que le ocurre a su hermana Samantha -Lorelei Linklater, hija del director- y su familia: bodas, mudanzas, separaciones, nuevos amigos, alegrías, penas, el primer amor y la llegada a la universidad.

Arquette asegura que el secreto de esta película innovadora reside en que «está llena de elementos humanos, no se trata de ninguna manipulación». «Rick no hace lo que se supone que hay que hacer en una película para entretener. Él está interesado en las relaciones profundas, la comunicación entre personas, la honestidad, el descubrimiento de la vida y el tiempo», explicó la actriz.

Desde que fue estrenada fuera de concurso en el festival de Sundance, en enero pasado, Boyhood no ha hecho más que recibir cumplidos y premios. La Berlinale honró a Linklater en febrero con el Oso de Plata a Mejor director y la prensa especializada estadounidense ya le sitúa en liza para llevarse el Oscar.

La crítica se ha rendido a la fuerte carga emotiva del la cinta y a la sencillez y naturalidad con la que Linklater logra convertir el crecimiento de un niño en un argumento especial. Los actores de la película también quedaron sorprendidos con el resultado final. Aunque todos participaron en el guion, ninguno vislumbró lo que Linklater preparaba.

Lorelei fue la única que llegó a pedirle a su padre que su personaje muriera cuando, durante un período, perdió empatía con la historia. Arquette, ganadora de un Emmy en el 2005 por su papel de vidente en la serie Medium, incluso rehusó a seguir el trabajo de post-producción. «En un momento dado me mostró el montaje de cinco años, pero le dije que no quería ver nada más hasta que la película no estuviera acabada», explicó.

La actriz considera este proyecto como una «experiencia única», pero también un desafío, por los cambios físicos y vitales que debía afrontar cada vez que volvía al rodaje. Sin embargo, «por alguna razón desconocida», no le fue difícil ponerse en la piel de Olivia. Desde el principio existió una conexión especial porque «el personaje estaba en mí», confesó, antes de añadir: «Olivia tenía mucho de mi madre y de mí misma».