Philipp Plein, ropa no apta para el detector de metales del aeropuerto

efe

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Entre las piezas que se han saltado un poco la norma: un sucinto vestido tubo cubierto con lo que, de lejos, parecían pequeños mini CD.

18 ene 2008 . Actualizado a las 11:43 h.

Tachuelas doradas y plata, pedrería y otros objetos brillantes han marcado el desfile de la colección que el diseñador Philipp Plein ha presentado hoy en Barcelona, en el marco de la feria de moda urbana Bread&Butter, unas creaciones que difícilmente pasarían por el detector de metales de un aeropuerto.

La espectacular sala oval del Museo Nacional de Arte de Cataluña ha sido el espacio elegido para la presentación de este muniqués que ha tenido como madrina de excepción, desde las primeras filas, a la veterana modelo alemana Heidi Klum, centrada ahora en el mundo de la televisión ya que actualmente presenta la versión germana del programa «Supermodelos».

De hecho, muchos confiaban en ver como invitada sobre la pasarela a la que fuera unas de las grandes «top» de la década de los noventa, pero no ha sido así y ella se ha dedicado a ver cómo desfilaban algunas de las participantes del concurso que presenta en la cadena Pro-7, al sincopado ritmo que marcaba desde los platos el dj neoyorquino Dr. StayDry.

En cuanto a los diseños femeninos de Plein, apuntar que algunos de ellos harían las delicias del señora Victoria Beckham, muy aficionada, como todo el mundo sabe, a los microvestidos ceñidos al cuerpo, en este caso repletos de tachuelas doradas y plateadas o cubiertos de pedrería de fantasía, sobre telas que iban del raso al más sencillo algodón, preferentemente en blanco marfil y negro.

La estética rockera de club ha sido otras de las opciones de Plein, con algunas vaporosas blusas pobladas de calaveras, vestidos denim y cazadoras de cuero -evidentemente con incrustaciones metálicas- aunque también ha habido un hueco para el «chandalismo» de lujo, es decir, ese que combina, en un estrecho margen que bordea lo muy kitch, la ropa deportiva de domingo por la mañana con la pedrería de todos los colores.

Entre las piezas que se han saltado un poco la norma: una negra capa gótica cubierta de gotas doradas, y un sucinto vestido tubo cubierto con lo que, de lejos, parecían pequeños mini CD que le aportaban un dinamismo casi animal.

Para los bikini y bañadores de una pieza, el diseñador ha elegido con profusión el negro, sólo contrastado con el brillo de centenares de más piedras brillantes que componían figuras y el nombre del diseñador.

Junto a los nervios y la falta de tablas de algunas de las jóvenes modelos que han saltado a la pasarela, la música ha sido otra de los grandes protagonistas de la sesión, que ha comenzado con casi una hora de retraso y con el enfadado de los equipos de las televisiones locales, que no han podido arrancar ni una palabra de la diva Klum.

Acompañando de forma intermitente a las altísimas modelos, dos pequeños bailarines de hip hop se han esforzado en caldear el ambiente con sus piruetas sobre la pasarela