Las guerras de almohadas ganan adeptas

Agencias

TENDENCIAS

flickr

Las peleas combinan técnicas y movimientos del boxeo, de la lucha libre y de las artes marciales.

18 ene 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

Las guerras profesionales de almohadas, un nuevo entretenimiento deportivo que ha ganado adeptos en ciudades de Europa y Sudamérica, llegan ahora a Nueva York de la mano de un club de jóvenes luchadoras canadienses. Considerada la primera organización femenina de este tipo, el Club de Luchadoras de Almohadas (Pillow Fight League) se creó en en Toronto (Canadá), en el 2004, y ahora debuta en Estados Unidos como parte de su gira anual por varias ciudades del mundo. El itinerario de 2007 incluye contiendas este viernes y sábado en el espacio de arte Galápagos, en el condado de Brooklyn (Nueva York), que definirán el título de Campeona Mundial entre la actual número uno, ChamPAIN, y la durísima Betty Clocker. Armadas con sendas almohadas, un toque de feminidad y una actitud vil, las luchadoras de almohadas se mueven sobre la lona del cuadrilátero con mucha velocidad y furia. Entre golpes blandos y una lluvia de plumas se define la pelea, que debe seguir reglas específicas y cumplir con los dictámenes de un árbitro, responsable de mantener a raya los arañazos y tirones de pelo. La pelea tiene su arte, ya que no se trata simplemente de tirarse las almohadas como cuando se es chico, sino que se apoya en técnicas y movimientos del boxeo, la lucha libre y las artes marciales, según los creadores de la liga, Stacey Case y Craig Daniels. Ambos empresarios del entretenimiento descubrieron al azar, durante un concierto de música una noche de fin de año, que la guerra de almohadas tenía potencial para convertirse en un asunto serio. En un bar de Toronto, una compañía de teatro burlesco entretenía al público con una pelea de almohadas fingida, pero cuando un grupo de mujeres entusiasmadas se subió al escenario para sumarse espontáneamente a la contienda, Case y Daniels se encontraron ante sus ojos un espectáculo explotable. Al principio, sus criterios para las reglas de lucha eran mínimos, aunque lo fundamental era que compitiesen sólo mujeres, sin excepciones, ya que, según Case, «¿quién quiere ver a un hombre en una pelea de almohadas?». Unos anuncios de prensa ayudaron al reclutamiento de las luchadoras, actualmente unas 22 con nombres y personajes construidos muy divertidos.