Vuelve el hombre..., pero esta vez sin pelos

La Voz

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Los vascos, los más reacios al afeitado corporal; los andaluces, los menos «Hasta se rizan las pestañas»

14 feb 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

Que tiemble Burt Reynolds: el hombre de pelo en pecho tiene los días contados. Al menos en España, el país de Europa en el que más se practica la depilación masculina, una moda creciente a la que ya se han sumado, en algún momento de sus vidas, seis de cada diez españoles. Una encuesta elaborada por la multinacional Philips certifica que los torsos relucientes, que desde hace unos años se ven en las playas, no responden a una evolución genética sino que es obra de la estética. La inmersión de los españoles en territorios de la metrosexualidad es tan acusada que los percentiles del típico macho español necesitan una revisión urgente. De hecho, frente al interés creciente de nuestros varones por lo lampiño (el 66% han probado alguna vez a afeitarse o depilarse el vello corporal), el resto de los europeos se muestran mucho más conservadores, ya que el rasurado extra sólo convence al 45% de los ingleses o al 20% de los italianos. Si sorprendente es esta concesión ?dolorosa? de los hombres españoles en favor de la estética, llama todavía más la atención las regiones del cuerpo hacia las que los varones dirigen ahora sus cuchillas: «La zona que con más frecuencia se depilan es el vello púbico, seguida del pecho y de las axilas», asegura un portavoz de Philips, que advierte que también en esto hay matices diferenciales, porque «los alemanes prefieren afeitarse las axilas, los italianos, el pecho, y los ingleses, como los españoles, el vello púbico». Dentro de España, los que más se depilan son los andaluces y los que menos, los vascos. ¿Influencia de Nacho Vidal? ¿Qué hay detrás de este generalizado impulso depilatorio? «Creen que es más moderno, higiénico y estético», apuntan desde la empresa responsable del estudio, «tanto, que un 22% de los españoles reconocen que se afeitarían el vello púbico para que el tamaño de su pene pareciera mayor», lo que desvela que Nacho Vidal ha hecho estragos entre el público. Claro que en muchos casos, detrás de un hombre envuelto en cera caliente está una mujer. Porque sólo el 2,3% de las encuestadas por Philips siguen creyendo que «el hombre, como el oso, cuanto más pelo más hermoso», a pesar de que casi dos de cada diez hombres piensen aún que «a ellas les gusta más el aspecto natural de los hombres con vello». En realidad, ocho de cada diez mujeres consideran que un exceso de pilosidad «es antiestético y desagradable», sensación que se contagia al 85% cuando los pelos pueblan la espalda y los hombros. Que la depilación masculina es una práctica en auge lo demuestran también los muchos foros que en Internet pretenden dar respuesta a las dudas que suscita una práctica que lleva décadas ensayándose en las mujeres y que en el hombre presenta algunas peculiaridades, derivadas del vigor de sus pilosidades. «Mi novio es muy peludo, y quisiera depilarlo. ¿Podría hacerlo yo en casa, sin tener que ir a un centro de estética? ¿Cómo puedo hacerlo?». Esta es una de las preguntas que se podía leer ayer en uno de estos consultorios en los que se recomienda no meterse en berenjenales: «Para una depilación definitiva, se aconseja acudir a un centro de estética. Si se quiere realizar en casa, lo mejor es una crema depilatoria». En centros como Hipersalud, en A Coruña, empiezan a usarse métodos más sofisticados como la depilación láser, indolora y definitiva. «La demanda es enorme», constata su propietaria, Ana Golpe, y responde a una moda que también toca a las chicas aunque, en este caso, lo último son los depilados integrales. Claro que la apuesta lampiña tiene riesgos: la ira de algún líder religioso. Como el rabino israelí Samuel Eliahu, para quien «los hombres que se afeitan el pelo del pecho convierten el mundo en algo gris y aburrido».