La última confesión de Terelu Campos: «Le he dicho a mi hija que, si me pasa lo que a mi madre, me mate»

La Voz REDACCIÓN

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Terelu Campos, en una intervención en el programa «De viernes»
Terelu Campos, en una intervención en el programa «De viernes» «De viernes» | Telecinco

La hija de María Teresa Campos aborda en terapia con una psicóloga en el programa «¡De viernes!» sus mayores temores: «Vivir la decadencia acelerada, injusta e incomprensible mental de mi madre me ha provocado muchísimo miedo»

06 jul 2025 . Actualizado a las 09:15 h.

Está acostumbrada a acaparar titulares por lo que ocurre en su vida profesional, pero sobre todo por los avatares de su vida personal. Terelu Campos abandonaba este viernes el papel de colaboradora en ¡De Viernes! para convertirse en protagonista y hablar de la sesión de terapia a la que se ha sometido en el programa con la psicóloga Ana Sierra, en la que ha afrontado algunos temas dolorosos de su pasado, como la enfermedad de su madre, María Teresa Campos, el paso del tiempo o su propia enfermedad, y también sus miedos.

«Me sometí a una terapia porque mi paso por Supervivientes algo había cambiado en mí. De la mano de la psicóloga vais a conocer una parte de mí que creo que no conocéis y que a lo mejor es importante», anunciaba Terelu en un vídeo promocional del programa. «Espero que empaticéis conmigo», pedía la madre de Alejandra Rubio antes de dar paso a los vídeos de su sesión de terapia. 

La hija de María Teresa Campos, que considera que siempre ha tenido «la cabeza muy bien amueblada», ha explicado en el plató que por su manera de ser siempre ha sido su peor crítica. «Físicamente me he castigado desde que recuerdo», reconocía la colaboradora, que incluso ha sufrido «muchísimo» con su estatura. Terelu, que en su juventud se sintió «una mujer deseada» —intenta «no vivir en el pasado nunca»—, ha admitido sobre su actual físico, tras verse en una imagen en bañador durante su paso por Supervivientes, que «pensaba que estaba peor de lo que estoy».

«Pensar que te van a ocurrir determinadas enfermedades y relativamente seguidas era impensable en mi cabeza», ha contado en la sesión de terapia con la psicóloga. «Siempre he tenido una actitud optimista y positiva, y eso me ha hecho pensar por qué me salvé yo, y otras personas a las que he querido, quiero y querré no pudieron hacerlo». Porque como ella misma ha definido, «la vida es muy caprichosa en muchos sentidos».

Terelu detesta verse con peluca: «me siento disfrazada». Pero recurrió a ella «por no generar más morbo». «Recuerdo que le primer día de la peluca pedí que no me preguntaran, me generó una seguridad y un sufrimiento increíbles». En el 2012 le diagnosticaron un cáncer de mama tras haberse detectado ella un bulto en el pecho derecho durante unas vacaciones en Hawái. Se sometió a una intervención quirúrgica y comenzó la quimioterapia, con la que su pelo comenzó a caerse. Algo que la atormentó. «Me acostaba con miedo a que, mientras estaba durmiendo, se me cayeran los mechones de pelo, por eso dormía tocándome el pelo», según ha recordado en la sesión. 

«El segundo cáncer me arrasó la vida. No lo esperaba. Fui a una revisión y pensé que era una broma del destino», ha admitido frente a la psicóloga. Este segundo diagnóstico le llevó a tomar la decisión de someterse a una doble mastectomía, «que ha tenido unas consecuencias físicas y psicológicas para interactuar, para relacionarme con el género masculino», ha desvelado en ¡De viernes!.

Su mayor miedo es la enfermedad, «una enfermedad que me conlleve una incapacitación», ha explicado. «Vivir la decadencia acelerada, injusta e incomprensible mental de mi madre, eso me ha provocado muchísimo miedo», ha reconocido Terelu. «Tanto, que se lo dije a mi hija: "A mi me matas. Sí, compro la pastillita ya, la guardo, y a mi me matas". No quiero pasar por esto ni quiero que nadie que quiero en mi vida sufra esto», ha continuado explicando. Porque para ella la peor enfermedad «es la que te devora por dentro tu cerebro: es terrible para quien la pasa y terrible para quien te quiere». «Mi madre no tuvo alzhéimer, tuvo demencia. Hubiera preferido que hubiese sido feliz aunque no me conociera. Hubiera preferido sufrir yo a que sufriese ella». 

Ha hablado Terelu también de las críticas que recibe a diario. «He adquirido capas y corazas para que las manifestaciones a las que estoy expuesta de mi vida, algunas falsas y alucinantes, me afecten lo menos posible». Porque como ha explicado, se dedica a esta profesión desde hace cuarenta años y a quien se dirige es al público: «no me da igual lo que piense el público. Mi objetivo ha sido agradar a la mayoría, porque a todos es imposible».

Por último, orgullosa de sus amigos, a los que define como su gran patrimonio, y afortunada por su «familia maravillosa», con un nieto que le da la vida, una hija «que es lo más importante» y una hermana, un cuñado y unos sobrinos a los que quiere y protege, Terelu Campos ha pedido una oportunidad para evolucionar «un poquito más» profesionalmente. «Me siento contenta de todo lo que he hecho. Pero me gustaría poder evolucionar un poquito más profesionalmente. Me gustaría que se me tuviera más en cuenta. No por agradecimiento, sino por convencimiento».