El agente nocturno,  un «thriller» de espías que salpican a la Casa Blanca

b. c. MADRID / COLPISA

TELEVISIÓN

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Los número de la serie de Netflix confirman la tendencia de recuperar el aroma del folletín de antaño

06 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Si algo sabe hacer Netflix es tomarle el pulso a su audiencia potencial, además de apostar por llamativas campañas de márketing, y enganchar al público por obra y gracia del binge-watching, léase pegarse un atracón viendo una serie del tirón, sin apenas pausa entre capítulos. Mientras HBO Max y la mayoría de las plataformas se decantan cada vez más por el estreno periódico de los episodios que correspondan, a uno por semana (como es el caso reciente del fenómeno The Last of Us), la oferta en ‘streaming’ más popular mantiene el tipo, acorde a la calidad del grueso de su catálogo.

Los números de El agente nocturno confirman una vez más esta tendencia, recuperando el aroma del folletín de antaño: sigue arrasando lo de siempre, a veces con distinto disfraz o sin la necesidad de disimular. Hay quien ha comparado esta serie con 24, pero no le llega a la suela del zapato al ya clásico televisivo, lo que no quita que el show funcione a las mil maravillas. Shawn Ryan, mente pensante tras la reivindicable The Shield: al margen de la ley, aquí totalmente edulcorado, está detrás de este thriller de espionaje escrito con plantilla que sabe tocar las teclas adecuadas para encandilar al espectador. No es difícil verse las diez entregas de la primera temporada de El agente nocturno sin signo de arrepentimiento, a pesar de que el espectáculo hace aguas por todas partes. Solo queda dejarse llevar por el festival de lugares comunes. Prácticamente todo lo que ocurre en pantalla cumple, paso por paso, aquello que nos pasa por la cabeza como voyeurs. No hay sorpresas apabullantes, todo atiende a una lógica primaria que deviene el secreto del éxito.

Misión: salvar la nación Basada en la novela de Matthew Quirk, El agente nocturno presenta a un agente del FBI de clase baja, superviviente de un atentado en el metro que le ha dejado secuelas psicológicas. Pasa las noches atendiendo a un teléfono que nunca suena en una habitación aburrida de la Casa Blanca. Ninguna llamada de socorro rompe la rutina del apesadumbrado vigilante, hasta que un buen día la luz del aparato parpadea, tiñendo el cuarto con una luz de color rojo, mientras suena el ring ring ring. Responder con profesionalidad al signo de auxilio es el primer eslabón de una serie de catastróficas desdichas. Irrumpe en escena una conspiración a gran escala que se va retorciendo sin remedio con la aparición de diferentes personajes que se cruzan con el aluvión de enigmas por resolver. Una excusa como tantas otras para señalar la corrupción del sistema mientras se refuerzan los pilares del mismo, un comportamiento obsesivo en la industria audiovisual estadounidense, donde la propaganda política se contradice sin remordimientos. La idea de un posible atentado a la presidenta vertebra este relato coral de espías que encuentra su mayor baza en las interrelaciones entre los roles principales.

‘El agente nocturno’ es número uno en Netflix. Muere mucha gente, no se andan con medias tintas a la hora de establecer vínculos entre el espectador y los personajes. Alrededor, traiciones, mentiras y algo de romanticismo. Entre buenos y malos anda el juego. Protagoniza este ‘Asalto al poder’ u ‘Objetivo: La Casa Blanca’ -Tom Clancy también anda por ahí- un astro infantil y adolescente ya crecido, Gabriel Basso, visto en ‘Super 8’ o ‘The Kings of Summer’. Cumple con su pose de americano medio, patriota de gimnasio. Perfecto para el papel asignado, secundado por Luciane Buchanan (‘Stray’), Sarah Desjardins (‘Impulse’), Eve Harlow (‘Titanes’) y la fantástica Hong Chau, estupenda en la reciente ‘La ballena’ junto a Brendan Fraser.

Hay subtramas interesantes, en las que se profundiza más de lo habitual, aunque no lo suficiente, como la pareja de sicarios, y el suspense se mantiene sin excesivas trampas. El reparto mejora algunos diálogos obtusos, llevando el peso de un arco argumental que se cierra en esta temporada, aunque los protagonistas pueden volver al ruedo para enfrentarse a otro gran complot gubernamental. Visto el éxito de sus tribulaciones en defensa del país de las barras y estrellas, es lo más probable.