«Buscadores de naufraxios» bajará al valioso pecio del mercante Skyro

s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

El programa se adentrará mañana, a las 20.15 horas en TVG, en el buceo de saturación

10 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Este domingo, a las 20.15 horas en Televisión de Galicia, Buscadores de naufraxios viaja a Muros para sumergirse en uno de los pecios más extraordinarios de la costa gallega: el Skyro. Hundido en 1891 cuando transportaba un valioso cargamento de plata y plomo es conocido por los pescadores de la zona como «o vapor da prata». El buceador experto Fran García será el encargado de sumergirse a más de 50 metros de profundidad para adentrarse en el pecio y localizar los lingotes que aún se conservan bajo el mar.

El Skyro era un barco mercante de nacionalidad británica que zarpó de Gandía el 16 de abril de 1891 portando un cargamento de 900 toneladas de lingotes de plata y plomo. Viajaba hacia el norte, de vuelta a Londres, con 17 tripulantes y un pasajero cuando chocó contra el bajo de Dullo. Afortunadamente no hubo víctimas mortales, pero el barco terminó yéndose a pique junto a los Meixidos, en frente de Muros, con toda su carga.

Los lingotes de plata y plomo, hundidos a más de 50 metros de profundidad bajo la estructura del barco, eran prácticamente inalcanzables para los buzos de la época. Dos buceadores ingleses fueron los primeros en tratar de acceder a la valiosa carga, pero fallecieron en el intento. Dos años después, otros dos buzos trataron de llegar a los lingotes, pero poco les faltó para correr la misma suerte. No sería hasta 1896 cuando el buzo vasco Ángel Erostarbe conseguiría realizar la gran hazaña.

«Era perigoso, porque antigamente os pecios, as pranchas dos barcos, despezábanse con dinamita -explica el historiador Fernando Patricio Cortizo-. Hai datos dunhas 30 mortes de mergulladores desde finais do XIX a principios do XX». En aquella época contaban con medios poco sofisticados, los trajes de buceo podían superar los 100 kilos y se desconocían los peligros de una mala descompresión.

«Daquela tiña que ser algo estremecedor, brutal. Coido que non sería capaz hoxe con aqueles medios de aventurarme a facer aquel tipo de inmersión», explica Fran García, el buzo protagonista del programa de mañana de Buscadores de naufraxios. «E menos o que facía el, que non é ir ver uns restos, senón a dinamitar un buque e no medio empezar a buscar a prata». Ese primer verano de 1896, Ángel Erostarbe rescató 28 barras de plata y volvería el verano siguiente para rescatar prácticamente la totalidad de los lingotes de este metal.

«Erostarbes» del siglo XXI

«El trabajo de Ángel Erostarbe me parece impresionante. De hecho, aparece en la Enciclopedia Británica como un récord de trabajo a esa profundidad en la época», exclama el buzo Manuel Ruiz con admiración. Ruiz trabaja como buzo de saturación; un tipo de buceo profesional que permite trabajar a profundidades de hasta 500 metros durante largos períodos de tiempo sin necesidad de volver a la superficie. «El buzo de saturación, por lo general, trabaja en plataformas haciendo reparaciones, soldaduras, extracción de combustible...», explica Ruiz.

Durante un máximo de 28 días los buzos de saturación permanecen encerrados en un «habitat», pequeña habitación anclada a un barco, en el que están sometidos a la misma presión que tienen en el fondo del mar y del que salen entre 6 y 8 horas al día para realizar distintas labores a una profundidad límite para el cuerpo humano. Auténticos «erostarbes» modernos que, en el capítulo de mañana, mostrarán los peligros de su trabajo. «Mientras que vives la experiencia, no eres muy consciente del peligro. Es cuando sales y ves donde estuviste metido cuando te das cuenta», explica Ruiz.