Alberto Rodríguez: «Las grandes naciones lo son porque son capaces de ser autocríticas»

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

TELEVISIÓN

PACO RODRÍGUEZ

El director de «La Peste», nueva producción de Movistar, tiene ganas de volver al siglo XXI porque cree que hay cosas que contar de un país «con el que hay que ser crítico»

06 feb 2018 . Actualizado a las 08:19 h.

«Si lo piensas bien una superproducción internacional tiene este presupuesto por capítulo». El presupuesto del que habla Alberto Rodríguez (Sevilla, 1971) es el de 10 millones con el que ha contado el equipo de La peste, una producción de Movistar que recrea la Sevilla del siglo XVI. El director participó ayer en el foro sobre ficción emergente organizado por la Fundación Araguaney en Santiago.

-El presupuesto ya es un hito.

-Es curioso, porque empezamos por una cosa modesta y cuando el guion fue creciendo hubo un momento en el que hablamos sinceramente con Movistar y les dijimos que no íbamos a poder hacerla con el dinero que teníamos, porque no iba a quedar bien. Y ellos quisieron apostar por la serie. [Sonríe] Me acuerdo de las primeras palabras del productor, de José Antonio Félez, que fueron: hacemos una serie, que será una cosa más relajada y más tranquila, porque es televisión y no tendremos la presión que siempre tenemos en el cine. Y de pronto estás dirigiendo la serie más cara de la historia.

-Sin presión, vamos.

-Cuando estás rodando, el único norte que te queda es tu propia brújula, lo que a ti te gustaría que saliera en una pantalla. No tienes más guía que esa y deben olvidarse las presiones. En realidad los presupuestos no son grandes ni pequeños, están bien o mal pensados. En este caso estaba bien pensado, pero tampoco íbamos sobradísimos. Hubo que ingeniárselas porque queríamos que el espectador se metiese en una ciudad que ya no existe. Ha habido que inventársela.

-¿Es hora de hablar de un renacimiento de la ficción televisiva?

-Ya no está ese tratamiento para todos los públicos de la televisión generalista. Estas nuevas series se están consumiendo bajo demanda, que es la diferencia. Ha cambiado la percepción de cómo hacerla y hasta dónde puedes arriesgarte. En este trabajo presentábamos alguna cosa que ya nos parecía osada y nos pedían más.

-La generalista no se arriesga.

-Ese será el momento interesante, cuando diga que va a hacer estos productos sí hay que pensar que el público está preparado para otras cosas. Es muy difícil analizar el momento actual. Lo que consumen los jóvenes y no tan jóvenes no lo llamaría siquiera televisión, porque es a la carta. Me parece que lo único que probablemente se quede como televisión en directo serán las noticias.

-En «La peste», como en sus películas, enseña un poco lo que no se ve o no se quiere ver.

-Tengo la sensación de que la mayor parte de las series hablan de las historias que ocurren en palacio y de los grandes hombres que toman grandes decisiones, y aquí hablamos de algo más doméstico, del ciudadano de a pie, de la gente que no va a salir en los libros. En eso sí se parece a las otras películas.

-Hay un artículo que ha cuestionado el rigor histórico de la serie. ¿La ficción tiene que ser rigurosa?

-Tiene que ser rigurosa hasta un punto. Creo que el artículo está cogido por los pelos y ya hay una contestación de otro historiador que cuestiona lo que dice. Lo que más me molesta del artículo, lo demás me da igual, es que dice que exportamos una imagen del país negativa. A mí me parece que los países están hechos de cosas buenas y de cosas malas. Buena parte de las grandes naciones del mundo lo son porque son capaces de ser críticas consigo mismas, igual que exportan cosas positivas exportan cosas críticas. Es mucho más interesante ser críticos con lo que está ocurriendo. La serie no va de ir contra la Iglesia. De lo que habla la serie es de religión, pero sobre todo de poder, porque la Iglesia y el Estado estaban unidos. La verdad es que no sé qué serie ha visto.

-Después de «La peste», ¿qué toca? ¿Volver al cine?

-Llevo muchos años atrapado en otra época: esto es el siglo XVI; la anterior película eran los 90; la anterior, los 80; la anterior, los 90... Y la verdad es que tengo ganas de volver a la actualidad, creo que hay muchas cosas muy interesantes que contar de un país con que el que creo que hay que ser crítico en este momento, por muchas razones.