Una red de pornografía infantil da un nuevo giro a la trama de «Serramoura»

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

Marga y Diego se enfrentan a una dura investigación que saltará a la luz pública

22 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las emociones no dan tregua en Serramoura, donde la intriga está servida con un nuevo caso que llegará a las manos de Marga y Diego. Televisión de Galicia emitirá este miércoles un nuevo capítulo de la serie de ficción producida por de Voz Audiovisual, líder de audiencia en Galicia los miércoles por la noche. Justo antes, una nueva entrega de las Crónicas de Serramoura descubrirá a partir de las 22.00 horas todos los entresijos de la ficción, contados por sus protagonistas.

La muerte de la teniente Rivas por fin ha sido vengada, pero nadie en Serramoura parece estar satisfecho. En el puesto de mando, donde desconocen el trágico final de la abogada, no están nada contentos con la forma de llevar el caso y quieren abrir una investigación en el cuartel. Por fortuna, el puesto de la teniente no durará mucho tiempo vacante, ya que Tomás vuelve para ocupar el que fuera su despacho.

Un nuevo caso no tardará en ocupar el tiempo de los agentes de Serramoura. Una red de pornografía infantil parece estar operando en la villa. Marga y Diego deberán hacerse cargo de la investigación, con la mayor discreción posible.

Pero las cosas se complicarán por momentos con la llegada a Serramoura de Alba, una periodista detrás de una noticia jugosa. Y, para suerte o desgracia de Diego y Marga, esta resultará ser muy eficaz en su trabajo, lo que acabará afectando al suyo. El problema llegará cuando sus publicaciones comiencen a interferir en la investigación de los agentes.

Los problemas se reproducen

Aunque no solo en el cuartel surgirán nuevos problemas esta semana. Una crisis generalizada afectará al sector de la madera en Serramoura. El modo de vida que da sustento a prácticamente toda la villa podría estar en peligro.

Los propietarios de los montes se niegan a replantar sus terrenos, punto de partida del negocio de los aserraderos. Hugo, que como buen abogado no tardará en apañárselas para conseguir su puesta en libertad, descubrirá pronto el motivo y podría tener la solución.

El problema es que Hugo, aterrado y arrepentido por su relación con la desaparecida Antía, vive con el miedo metido en el cuerpo ante la posibilidad de que esta vuelva para vengarse por su traición. Pero ¿y si no fuera Antía quien quisiera ajustar cuentas con él?