«The Walking Dead» intenta remontar con un estreno lleno de acción

La Voz REDACCIÓN

TELEVISIÓN

La serie de zombis celebra su capítulo número 100 con una vuelta a la esencia

24 oct 2017 . Actualizado a las 20:35 h.

The Walking Dead ha celebrado su capítulo número 100 en uno de sus momentos más críticos. Con el estreno de su octava temporada, a la serie de zombis le quedaba despejar una duda: ¿sería capaz de remontar el vuelo después de la caída de audiencia que había experimentado el año anterior?

Dedicado al padre de los zombis cinematográficos, George A. Romero, y al doble para las escenas de acción de la serie John Bernecker, ambos fallecidos el pasado mes de julio, Misericordia (Mercy) pretende volver a recuperar el espíritu de los primeros tiempos.

 (Este artículo contiene spoilers del último capítulo emitido de la serie)

La acción nos sitúa unas semanas o meses después del desenlace de la anterior temporada, con Rick liderando y alentando a su grupo, formado por las comunidades de Hilltop, el Reino y la propia Alexandría.

El grupo protagonista tiene claro que la unión hace la fuerza y, gracias a lo numeroso de su agrupación, deciden pasar a la acción contra Negan, el mayor villano al que se han enfrentado.

Rick y los suyos llevan meses planificando la estrategia perfecta, en parte gracias a la ayuda del topo que tienen en las filas de Los Salvadores, Dwight. La forma de acabar con Los Salvadores pasa por acabar con los vigilantes de sus principales puestos y sacar provecho de lo que es la esencia de la serie: los Caminantes.

Negan cree que tiene montada una red infalible basada en varios factores: una fortaleza inexpugnable, gracias a las verjas y a un muro de zombis; y un grupo de secuaces sanguinarios, fieles y con necesidad de un liderazgo fuerte.

La resistencia de The Walking Dead sabe que la única forma es desactivar esas fortalezas, y anular temporalmente la amenaza de Negan y los suyos.

Basada en el aclamado arco argumental de los cómics de Robert Kirkman titulado Guerra sin cuartel, la estrategia consiste en llegar hasta las puertas del Santuario, el centro de operaciones de Los Salvadores, destrozar con vehículos preparados para la ocasión las verjas que lo protegen e introducir allí una horda de muertos vivientes.

Los Salvadores han perdido toda su superioridad estratégica de golpe, y, con su sede destrozada y rodeada de zombis, quedan ahora a merced de su capacidad para sobrevivir.

De todas formas, que nadie espere que los protagonistas de The Walking Dead vayan a tener un camino de rosas. Este solo es el primer movimiento de una guerra de guerrillas en la que todavía queda mucho por ver, y en la que Rick Grimes vuelve a ser, de nuevo, un líder temible, aunque opuesto a Negan.

El episodio número 100 de The Walking Dead triunfa en cuanto a ritmo, a tensión, a claridad expositiva y a narración. Pocas cosas chirrían en este inicio de la nueva temporada, y, si se continúa por este camino, podría suponer una vuelta a lo que hizo de la serie de zombis uno de los mayores fenómenos televisivos recientes.

¿Futuro o ilusión?

Uno de los aspectos más originales y distintivos de este inicio de temporada de The Walking Dead son esas extrañas escenas que no queda claro si se corresponden con el futuro o con la visión de la imagen mental que tiene Rick sobre cómo será su vida si consiguen superar todos los peligros que atentan constantemente contra sus vidas.

Una vida apacible, feliz, rodeado de sus personas más queridas y con dos hijos a los que no para de ver crecer. Un futuro seguramente soñado que le da al líder la esperanza suficiente para dar uno de los discursos más emotivos y alentadores en uno de sus momentos más difíciles.