«Cualquier momento es bueno para hacer denuncia social en prime time»

beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

Mediaset

Alejandra Andrade estrena el próximo lunes, a las 22.40 horas, en Cuatro «Fuera de cobertura». «Guantánamo es la cárcel más infame e injusta del mundo», afirma

04 nov 2016 . Actualizado a las 08:22 h.

Alejandra Andrade, que fue reportera del programa Callejeros y excompañera de Jalis de la Serna en Encarcelados y En tierra hostil, estrena el próximo lunes, a las 22.40 horas, en Cuatro Fuera de cobertura, su proyecto más personal y complejo. Es una serie de ocho capítulos que arranca con Los últimos de Guantánamo y se adentra, un día antes de las elecciones norteamericanas, en la cárcel que Barack Obama prometió cerrar.

-¿Qué tipo de reportajes conformarán «Fuera de cobertura»?

-Son reportajes de denuncia, de temas duros que pensamos que no pueden quedarse fuera de cobertura. Hemos tratado la homofobia, el acoso sexual, tenemos varios capítulos dedicados a la crisis y a cómo esta afecta a quienes la sufren. Hemos estado en Marruecos viendo cómo hay españoles de mediana edad trabajan allí como ilegales y cobrando una miseria. Hemos tratado el tema de las armas en Estados Unidos. Todos los programas arrancan con una denuncia y tienen algo que ver con los españoles. Es una apuesta personal mía con un equipo con el que llevaba muchos años queriendo trabajar y estoy muy orgullosa del resultado, porque es un programa hecho con alma y corazón.

-¿Son buenos tiempos para los programas de reportajes en una televisión donde triunfa el entretenimiento?

-No sé si son buenos tiempos. El programa está hecho con mucho amor hacia el oficio del periodismo, con un respeto absoluto hacia la gente a la que entrevistamos, sin ningún artificio y sin intentar dar espectáculo. Todo lo contrario, respetando al público al que nos dirigimos. Creo que está muy bien empezar con el programa dedicado a la cárcel de Guantánamo el día antes de las elecciones americanas, porque este es uno de los temas que representa las denuncias que hemos hecho. Arrancamos los lunes teniendo enfrente a La que se avecina y Mar de plástico, pero cualquier momento es bueno para hacer una denuncia social en prime time.

-Dos años después de recorrer las cárceles más duras en «Encarcelados», arranca con otro penal.

-He estado en otras cárceles para denunciar la vulneración de los derechos de las personas en el día a día, el aislamiento, la falta de comida o de salud. Pero Guatánamo es la cárcel más infame e injusta del mundo sin duda, es el grado máximo de vulneración de derechos humanos. Allí los presos cumplen condena sin saber por qué han sido condenados y sin haber tenido derecho a un juicio justo, ni a un abogado y han sido torturados, como ha reconocido el propio presidente Barack Obama, que prometió que la cerraría y acaba su mandato sin cumplirlo.

-¿Cómo ha sido su regreso a Cuatro después de «Callejeros» y tras pasar por Atresmedia?

-La etapa en Callejeros fue maravillosa, porque fue un programa de reportajes puntero donde aprendí un montón. Ahora volvemos y estoy contenta porque la cadena nos ha tratado muy bien y ha entendido la manera que tenemos de entender el periodismo, de contar historias. Somos un equipo pequeño que nos conocimos hace catorce años con un reportaje en una cárcel en Bolivia cuando teníamos veintipocos años y desde entonces había querido trabajar con ellos. Llevamos mucho tiempo en esto, tenemos mucho callo y mucha calle y estamos muy orgullosos del resultado. Será una experiencia diferente para el espectador que se sienta ante de la tele, no es un programa de reportajes más.

-¿Cuáles han sido los reportajes más complejos?

-Guantánamo ha sido complicado, sobre todo por cuestiones burocráticas con el Gobierno norteamericano. El programa del acoso sexual en El Cairo fue difícil, especialmente siendo una mujer y durante las fiestas del cordero, cuando se incrementan estos abusos. También hemos conseguido testimonios de gente para denunciar la homofobia en Rusia, donde el colectivo está amenazado de muerte. Hemos entrado en un grupo de narcotraficantes en España que nos enseñan cómo es el oficio y les hemos puesto cara a los millonarios de la crisis viendo cómo viven en Nueva York y Miami.