Estamos en la segunda parte de la segunda parte de El Príncipe y a pocos capítulos para un final definitivo que promete hacer historia en la ficción nacional. Con un éxito de esta magnitud entre las manos, que sigue reuniendo a más de cuatro millones de espectadores cada semana, la serie se marchará por la puerta grande al haber renunciado a seguir estirando una trama y unos personajes que han calado entre el público, pero que ya piden un recambio.
Más allá de la intriga por desvelar la identidad de los personajes y la persistencia del espectador, que no se va a marchar ahora sin averiguar quién miente y quién dice la verdad, la segunda parte de la segunda parte de El Príncipe demuestra que alargar las historias es una costumbre que hay que intentar administrar. La primera temporada de la ficción sobre terrorismo y narcotráfico en Ceuta marcó una ruptura en las series españolas al introducir argumentos de thriller hasta entonces reservados para producciones internacionales. Haber concluido ahí, con el disparo de Morey y la muerte de Abdu, habría hecho de ella un acertado best-seller nacional. En esta prórroga, la trama da vueltas para avanzar, por el camino más largo, hacia un final del cual se han grabado cuatro versiones diferentes en un golpe de efecto para preservar el secreto. El público está expectante por un colofón a la altura.