«Ánxela Souto nunca se implica emocionalmente, pero puede cambiar»

b. p. l. REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

La actriz valenciana Ana Conca avanza que la gerente del hospital Francisco Balmis, de «Urxencia cero», dará un giro radical

13 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Como actriz, Ana Conca puede ser muchas personas diferentes. Trapecista de circo en sus inicios, vedette en su compañía de teatro de variedades Las Reinas Magas, protagonista de un musical como Campanilla y gerente de un hospital pionero en trasplantes, como hace cada domingo en Urxencia cero (en TVG, a las 22.30 horas). La intérprete que da vida a la estricta Ánxela Souto es valenciana de nacimiento y, por amor, gallega de adopción. Ha trabajado duro con el idioma para entrar a formar parte del audiovisual gallego sin que el acento la delate.

-¿Fue fácil adquirir fluidez en gallego para decir sus diálogos con soltura?

-Es un idioma muy fácil de entender, pero para mí el handicap era conseguir que no se supiera por mi forma de hablar que no soy gallega de nacimiento. Así que yo en la serie, aparte del trabajo actoral de aprenderme los diálogos, tengo que hacer un trabajo extra con el idioma, algo que me encanta. Sigo estudiándolo y soy muy exigente, porque entiendo que nuestro trabajo lo requiere.

-¿Tan exigente como Ánxela Souto, la gerente del hospital de «Urxencia cero»?

-Ánxela é moito! Me llevo muy bien con mi personaje, porque no nos parecemos en casi nada. Creo que nunca haría algunas cosas que ella hace, aunque nunca puedes decir de esta agua no beberé. Yo soy muy de corazón, sensiblona, lloro mucho; soy muy mediterránea, pero me resulta muy divertido ponerme en la piel de una persona como ella. Ánxela, en cambio, es todo lo contrario a mí. Es muy cerebral y estudió la carrera médica no porque quisiera ser médico, sino porque quería ser la que tomara las decisiones. Ella es la mejor, lo sabe y además lo hace muy bien.

-Alguna fisura tendrá...

-Claro que las tiene, todos las tenemos y ella tiene algunas muy profundas que se irán viendo más adelante y que le harán dar un giro radical y replantearse muchas cosas. Nadie es tan malo ni tan bueno.

-En «Urxencia cero», fuera del quirófano hay muchas relaciones amorosas secretas. ¿Se permite su personaje mezclar trabajo y placer?

-Ánxela es incapaz de empatizar con nadie. Deja sus sentimientos fuera y no se implica emocionalmente, ni siquiera con su hermana. En este punto de la temporada, ella es totalmente aséptica y se mantiene aislada de los sentimientos hacia los demás, pero más adelante las cosas pueden cambiar...

-¿Mejorará la relación fría que mantiene con su hermana?

-Para Ánxela, Sara es como un proyecto de carrera. Ella va a hacer todo lo que sea para conseguir que su hermana triunfe, pero parece que todos sus intentos tienen el efecto contrario.

-¿A qué cosas renuncia Ánxela por su trabajo?

-Renuncia a todo por su carrera y su profesión. Una de las cosas que me gustan de Urxencia cero es que aquí no hay discriminación positiva. Prima la profesionalidad y el saber hacer y si Ánxela es la gerente es porque es la mejor.

-¿Qué es lo que más valora de «Urxencia cero» como espectadora?

-Te pone siempre en el límite de la vida y la muerte, pero de forma muy cuidada, sin escenas desagradables. Desde el minuto uno son casos extremos en los que el hilo se puede romper fácilmente y eso, como espectadora, me tiene enganchada. Además, por ella pasa mucha gente de la profesión en Galicia interpretando personajes episódicos, lo cual está muy bien. La serie es de lo mejorcito a nivel nacional, con un gran nivel tanto de guion, producción, decorados, realización y montaje. Y los actores formamos una gran familia. Nuestro chat echa humo, estamos como locos por juntarnos otra vez.

-¿Le gusta el contacto directo, y en directo, con los espectadores en las redes sociales?

-Las redes sociales son una herramienta maravillosa para saber qué piensa la gente y hablar con ella de forma inmediata y sin intermediarios. El público lo agradece mucho y nosotros también.