No es país para niños

Beatriz Pallas ENCADENADOS

TELEVISIÓN

06 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo por los niños, pero sin los niños. La burocracia cercena este año la magia de los Reyes Magos de Oriente con un calendario de vacaciones que arrancó siete días antes de la Navidad y acaba con un 6 de enero en el que los críos, en lugar de jugar, tendrán que preparar la mochila y acostarse pronto, que mañana hay cole. La implacable campaña oficial a favor de Papá Noel mina una entrañable tradición y contribuye a aumentar progresivamente los pedidos al orondo distribuidor lapón. Los padres están divididos. Ayer, bajo la lluvia de las cabalgatas, muchos elucubraban con un Herodes manipulador de acueductos y amenazaban con olvidarse de poner mañana el despertador; otros, saturados por la conciliación, mandarían a la prole a la escuela hoy mismo, si pudieran.

Entre el europeísmo y el saber vivir, España vive atrapada en una bipolaridad de horarios y agendas que produce fenómenos extraños. Los programas para niños, por ejemplo. Anoche, la muchachada se debatía entre su deber de acostarse pronto para dejar a sus majestades obrar el milagro de convertir el arsenal de estraperlo en mercancía legal y sus ganas de trasnochar para ver la ansiada final de MasterChef junior, dos horas largas de tele infantil a contar desde las diez y pico. Y no querían esperar a la reposición de Clan del domingo, porque a ellos, como a los mayores, tampoco les gustan los spoilers.