Retorno a los clásicos

Beatriz Pallas ENCADENADOS

TELEVISIÓN

27 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre el turrón, el mazapán y la carne rellena, la Navidad supone el regreso a los clásicos también en televisión. La programación navideña es un eterno día de la marmota en el que cada año se repiten lo mismos rostros e idénticas propuestas. Pero es ese conservadurismo lo que demanda como compañía el espectador, que en estos momentos de fiesta otorga a TVE un predominio que, salvo excepciones, le niega durante el año.

En este canon reincidente, hay dos emblemas imprescindibles. Uno es el totémico Raphael y otras estrellas que rotan cada año y que aprovechan el protagonismo, ya excepcional, que la programación le otorga a la música.

El otro es el clásico Telepasión, que cumplió medio siglo demostrando que el tiempo pasa para todos, también para los programas. A principios de los noventa, aquel espacio rompió moldes para una generación que todavía lo recuerda como el momento en que descubrió que los bustos parlantes eran seres de carne y hueso y con sentido del humor. Fue como romper la cuarta pared que separaba a la pantalla del mundo real. Hoy, que los presentadores de cualquier género bajan al barro casi a diario, que los artistas se prodigan en elaboradas y profesionales imitaciones en «Tu cara me suena» y que muchos hogares tienen karaoke particular para emular a las estrellas, todo efecto sorpresa ha quedado mitigado, pero la apuesta sigue siendo efectiva como ruido de fondo en la cena familiar.