Adictos al culebrón

Beatriz Pallas ENCADENADOS

TELEVISIÓN

04 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Culebrón es un término de matices poco gratos, pero sus resortes clásicos se mantienen infalibles en esta era digital. Por mucho que los productos de acción alcancen límites sobrehumanos con los efectos especiales y una gran mayoría confiese su especial predilección por el thriller, los amores y desamores y las disputas de buenos y malos siguen moviendo el mundo. El secreto de Puente Viejo acaba de cumplir mil programas convertido en un serial diario imbatible. Antes lo fue Amar en tiempos revueltos y, antes, tantos otros que se remontan hasta el advenimiento del producto venezolano de la mano de Cristales, Luisalfredos, Rubíes y Abigailes.

A Velvet le ocurre lo mismo. Liberada de la presión de la tira diaria, puede cuidar más las tramas y mimar la puesta en escena, pero las claves de la adicción que genera residen en la emotividad primaria y las piruetas de un guion lleno de amores imposibles, infidelidades, hijos secretos y novias plantadas en el altar.

Para mayor gloria de la especie, llega Jane the Virgin, convertida en la comedia del momento desde que su protagonista, Gina Rodríguez, ganó el Globo de Oro por su papel de Jane Gloriana Villanueva. Una trama alocada sobre la inmaculada concepción de una joven latina adicta a las telenovelas es la mejor caricatura y, a un tiempo, el más certero homenaje a un género que parece estar más vivo que nunca.