Twitter se ceba con el talento musical de Kiko Rivera tras la emisión de su documental

La Voz REDACCIÓN

TELEVISIÓN

«Así es Kiko Rivera», que se emitió anoche en Telecinco, pretendía callar bocas, demostrar que el hijo de la Pantoja no es un vago redomado, pero solo cosechó burlas y críticas sobre su dudosa capacidad de afinación y sus consejos vitales

17 jul 2014 . Actualizado a las 18:00 h.

Durante la promoción del documental Así es Kiko Rivera, el simpático Paquirrín quiso dejar bien claro que con este recorrido audiovisual sobre su vida y obras no quería alcanzar otro fin más que demostrar que no era un vago, que detrás de su imagen de «hijo de» y adjetivos varios que suelen acompañar a su persona, se encuentra un chico trabajador, entregado a su gran vocación, la musical. Porque Kiko, que todos conocimos en brazos de la tonadillera cuando apenas sabía caminar, se hizo mayor queriendo dedicarse al mundo que desde pequeño mamó en Cantora. Así que primero, entre esporádicas apariciones en platós televisivos, probó suerte tras las mesas de mezclas como pinchadiscos para poner al fin toda su concentración en los micrófonos. Hoy, Paquirrín cuenta con más de un tema en las listas de éxitos musicales del momento -Cuento de hadas, el último-, le llueven los bolos en las discotecas de moda y anoche Telecinco estrenó su documental. Pero, aunque los espectadores se lo tragaron de principio a fin -el 15% de la audiencia eligió saber a qué dedica el chico su tiempo libre-, no parece que el proyecto haya conseguido su fin último.

Twitter, que todo lo comenta y todo lo somete a escrutinio, no se quedó contento con las explicaciones de Así es Kiko Rivera y, en lugar de agachar la cabeza ante la profesionalidad del hijo de Isabel Pantoja, afiló los cuchillos para dedicarle una buena oleada de comentarios a su escasa predisposición para esforzarse y a su discutible torrente de voz. «Dejad que Kiko Rivera cante a ver si llueve y refresca», «Lo de Kiko Rivera es una vergüenza y un auténtico insulto para los dj's que llevan años y años de duro trabajo y sacrificio» o «Si Kiko Rivera puede cobrar 3.500? por cantar yo puedo ser un maestro pokémon», son algunos de los mensajes más discretos que podían leerse ayer por la noche en la red del pájaro azul y que elevaron el nombre del cantante a tema más comentado del momento. Los hubo más indignados, más irónicos, más insultantes e incluso también los hubo en posición de defensa, aquellos que en un alarde de sinceridad reconocieron que, sin las canciones de Paquirrín, poco «arrimaban» en las discotecas, o los clásicos que recordaron a todos los usuarios que compaginaban las miradas al televisor con las miradas a la pantalla del móvil que sí, que muchas risas, pero que a fin de cuentas nadie cambiaba de canal.

El caso es que, después de todos los enfados de Kiko por las críticas de los internautas previas a la emisión del documental y tras la intensa campaña publicitaria del programa, el producto que Telecinco colocó anoche en prime time no tenía ni trampa ni cartón. Mostró al hijo de la Pantoja tal y como él es, siguiendo sus pasos con una cámara y un micrófono. El resultado no fue, por tanto, nada sorprendente. Salas medio vacías -o medio llenas, según como se mire-. Poca afinación. Comentarios críticos. En concreto, Así es Kiko Rivera recogió una importante actuación de su protagonista que tuvo lugar en Galicia. El equipo de grabación da fe de cómo, durante las pruebas de sonido, Kiko, «no siendo cantante ni estando acostumbrado a afinar la voz», asegura Telecinco en su página web, «se sintió muy incómodo». Sin embargo, en vez de seguir ensayando, se fue a echar la siesta. Y el objetivo del documental era «desmentir la imagen que todo el mundo tiene» del hijo de Isabel Pantoja.

Kiko, enfadado también con Telecinco

Los enfurruñamientos de Kiko Rivera son ya todo un clásico. Primero, el joven se puso de morros por los escepticismos que generó el anuncio del documental, pero resulta que, cuando Telecinco decidió emitirlo, el hijo de la Pantoja, tampoco se quedó contento. Según publica Abc, la cadena programó el espacio televisivo en contra de la voluntad de su protagonista que, al parecer, considera que de las cuatro semanas que las cámaras le acompañaron, Mediaset unicamente seleccionó para el montaje las imágenes «que menos le favorecían». El programa le invitó, continúa el citado medio, a sumarse al debate sobre su documental, pero Kiko se negó a participar.

Sí participaron, en cambio, colaboradores habituales de la cadena que, al igual que los anónimos tuiteros, se quedaron a gusto analizando las imágenes que se iban mostrando en pantalla. «Hay muchos jóvenes con talento, estudiando muchas horas y no consiguen nada», aseguró con dureza el productor musical Alejandro Abad. «Un pedo afina más que él», opinó a continuación.