Belén Rueda: «No somos superwoman, tenemos que decir ¡hasta aquí!»

TELEVISIÓN

Belén Rueda en los Oscars
Belén Rueda en los Oscars JAVIER BARBANCHO

Aunque en su nueva serie «B&B» codirige una revista de moda, la actriz asegura que las tendencias solo le interesan lo justo. Diez años después de su debut en el cine con «Mar adentro», regresa a la televisión con una comedia optimista

03 mar 2014 . Actualizado a las 16:08 h.

Después de haberla visto pasar miedo en El orfanato o en Séptimo, al lado de Ricardo Darín, y en series como El misterio de Calenda, Belén Rueda se toma un respiro con la comedia de Telecinco B&b, una ficción optimista en la que encarna a la subdirectora de una revista de moda a la que de pronto le usurpa el puesto su expareja (el actor Gonzalo de Castro). La serie libra una guerra de audiencias en la noche de los lunes con Velvet, de Antena 3.

-¿Cómo lleva la guerra de audímetros?

-Por una parte bien, porque eso quiere decir que hay buenas series y por eso hay competencia, y mal, porque es una pena que una de las dos funcione menos. En fin?

-¿Qué bazas tiene «B&b» para gustar al público?

-Es una serie muy entretenida, fácil de ver y con mucho humor, que tal como está el país es muy necesario. También es una serie para toda la familia que te da pie para hablar de determinadas cosas con tus hijos. Hoy en día los niños tienen la información a su alcance y son bastante preguntones. Está bien que las dudas nos las pregunten a nosotros, porque si lo hablan entre ellos se forman un cacao mental impresionante. La serie refleja las relaciones entre padres e hijos en la adolescencia. A esa edad, es más fácil que se den cuenta de su insistencia o de un cierto egoísmo si lo ven en otros más que en ellos mismos. Esto ha pasado siempre, aunque ahora que somos padres nos parece que tenemos la razón.

-Como madre de adolescentes, ¿cree que los padres de hoy están preparados para asimilar los cambios de la sociedad?

-Los chavales de ahora son más sanos. Tienen más información y saben lo que les puede pasar con la droga, el alcohol, el tabaco... Yo he vivido en la época de la televisión en blanco y negro y también se decía que aquello era terrible, que se nos iba a quedar la cara cuadrada [risas]. Ahora con la tecnología nos echamos las manos a la cabeza, pero la única manera de enseñarles es saber de qué estás hablando y no demonizándolo o diciendo eso de «en mi casa no entra un ordenador». Si les retiras el móvil, van a utilizar el de otro. Hay que poner normas que introduzcan las nuevas tecnologías.

-En el primer capítulo, un hombre le usurpa el puesto a Candela. El famoso techo de cristal femenino...

-¡Buf! Nos queda un largo camino, pero cada vez estamos más preparadas y tenemos que conciliar la vida laboral con la familiar. Queremos hacer muchas cosas en nuestro trabajo que requieren tiempo, y en eso los hombres nos llevan una cabeza de ventaja, porque le dedican más horas. No somos superwoman. Hay que decir «hasta aquí» y, cuando estamos con nuestros hijos, estar al cien por cien.

-Como subdirectora de revista en la ficción, ¿le gusta la moda?

-Forma parte de nuestro trabajo. Gustar son palabras mayores, porque eso querría decir que le dedico mucho tiempo y solo le dedico lo justo. En mi día a día soy bastante cómoda, pero tengo la suerte de tener una hermana estilista que me pone al día. Aunque últimamente parece que llevo más trajes largos que vaqueros, no es lo normal. Son eventos especiales y, en nuestra profesión, la fantasía te da un puntito de ilusión.

-¿Le apetece el regreso al periodismo años después de «Periodistas»?

- Me encanta. Creo que es una profesión que me hubiera gustado ejercer si lo hubiera tenido claro en su momento. Recuerdo que, cuando hicimos Periodistas, la profesión estaba denostada porque acababa de ocurrir lo de Diana de Gales. Sin embargo, ahora tiene la posición que ha tenido siempre de mantenernos alerta, de denuncia, de apoyo a determinados sectores que solo pueden hacerse oír a través de los periodistas. Creo que está viviendo un momento de oro en cuanto a información.

-Pero en las redacciones no pasean chicos en ropa interior ni el de prácticas acompaña al director a las entrevistas, como en «B&b»...

- Cuando haces ficción intentas contar a la vez varias cosas que tienen unos tiempos mucho más largos. Tienes que empujar un poco la realidad. Poniendo todo en el mismo sitio, le damos dinamismo y, mientras estás contando algo, estás viendo el jaleo de una sesión de fotos. Es ficción.

-¿Después de tanto terror, es un alivio regresar a la comedia?

-El terror te da un punto de emoción muy potente. Son personajes muy intensos y muy agradecidos, porque cualquier reacción es buena y los sentimientos están a flor de piel. Ahora que mi personaje en B&b no tiene un peso emocionalmente tan triste como en Calenda, donde en el primer capítulo asesinaban a mi marido, me lo planteo desde un punto de vista optimista. Aparece de pronto el padre de su hija, algo que no saben ni él ni ella, le quitan el puesto de trabajo, y aún así decide tirar para adelante. Como pasa ahora en España, que la gente dice «las cosas van mal, pero no va a poder conmigo nadie».

-Hace una década que debutó en el cine con «Mar adentro». ¿Qué recuerda del rodaje en Galicia?

-Para mí Galicia, ya desde antes de Mar adentro, es un lugar maravilloso. Estaba embarazada de mi primera hija y vine con mi marido a relajarme a Vigo. Lo recuerdo como algo idílico. Esos paisajes verdes que no terminan nunca me dan una sensación de paz tremenda. Y además, lo tengo asociado a mi primera película, a un nuevo comienzo en mi carrera, porque Mar adentro fue para mí un antes y un después.