Ni la fecha elegida es baladí, ni la cadena tampoco. Rajoy, recién llegado de EE.UU., donde logró el aval de Obama a sus reformas económicas, aterriza esta noche en Antena 3, cadena que parece haberse convertido en su televisión de cabecera. El dirigente acudió con una asiduidad casi anual a estos platós cuando era candidato a la presidencia. Ahora, en la Moncloa, y mientras arrecian los reproches al Gobierno por tratar de acallar a los medios críticos, le concede la segunda entrevista televisada del mandato, la primera a un canal privado. Esta querencia, negada al resto, supone un espaldarazo a unos informativos que ya dieron que hablar con la contundente aparición de Aznar.
Según la cadena, Rajoy responderá hoy a cuestiones peliagudas como la de si Bárcenas ha seguido enviándole SMS o si bajará los impuestos, unas preguntas demasiadas incómodas para un político que destaca por la ausencia de concreción y por escapar de la controversia. A priori el reto de lograr titulares se presenta más complicado. No así el de asegurarse que Rajoy logre el respaldo de la audiencia. La cadena, que no da puntada sin hilo, se lo pone fácil y sitúa la entrevista antes del plato fuerte de la noche, el final de la imbatible serie El tiempo entre costuras.