El culto al ego triunfa en la pantalla

beatriz pallas REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

Tamara Falcó se mostrará como es a lo largo de diez episodios.
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Tamara Falcó estrena el próximo jueves un programa dedicado a su vida

08 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Me llamo Tamara Falcó Preysler. Hasta ahora todos habéis contado mi vida. Ahora seré yo quien la cuente». Con esa declaración de principios y ese acento que suena a dinero, la hija de Isabel Preysler y el marqués de Griñón presenta el programa We love Tamara, un espacio que se estrena el próximo jueves y que quiere ser el primer diario televisado de una vida hasta ahora congelada en las fotografías del ¡Hola!.

El programa mostrará a la mejor de Tamara, la que habla y suelta perlas en cada frase como cuando en la presentación de su programa hizo referencia a su recién descubierta vocación religiosa: «Por ahora, ni Dios quiere casarse conmigo».

Pero no será factible poder pillarla en un renuncio en su programa, donde, reconoce, se presentará sin dobleces, tal como es, aunque solo mostrará a las cámaras la mejor parte de sí misma. Material más que suficiente para convertir a este programa en un éxito que si no alcanzará cifras de audiencia millonarias no será porque el interés sociológico del personaje no lo merezca, sino porque no es para todos los bolsillos, ya se emitirá en el canal de pago Cosmopolitan TV.

Acostumbrada a llevar una vida expuesta al público desde el primer minuto de su existencia, Tamara Falcó ha decidido dar un paso al frente, arrostrar las críticas y mostrar lo que, según sus códigos, es la esencia de una «chica sencilla», que tanto visita la semana de la moda de París como va a tomar el brunch o visita los viñedos familiares.

El espacio logra el hito de haber convencido a su célebre madre para salir en televisión. «Le dije que iba a ser algo tipo documental que iban a poder ver sus nietos, así la convencí», admitió. El espacio también mostrará un encuentro con su hermano Enrique Iglesias. «Queríamos hacerlo en su avión, pero justo lo acababa de vender», añadió.

Tamara aseguró que el rodaje ha sido tan duro, con jornadas de hasta 16 y 18 horas de trabajo, que no está segura de si volvería a repetirlo. «Al principio me daban guiones y era un desastre. Entonces vimos que era mejor hacerlo natural y que fluyera», explica para convencer al espectador incrédulo de que lo que verá en pantalla es su propio yo. Un personaje que puede producir cualquier reacción excepto la indiferencia y que reúne todos los elementos para convertirse en un éxito televisivo en la línea de los muchos que han llenado la pantalla de famosos que se convierten en protagonistas de su propia vida.

Tamara Falcó toma el relevo de otros personajes que han triunfado en este género como la norteamericana Paris Hilton o, en España, Alaska y Mario Vaquerizo. Con los dos últimos protagonizará un encuentro en la cumbre en uno de los diez capítulos que componen la serie. We love Tamara se incorpora al nuevo género de telerrealidad que sus impulsores han querido bautizar como personality show, en un intento de huir del manoseado reality show y su denostado perfil. A diferencia de este último, aquí no hay gente encerrada, ni peleas, ni expulsiones. Solo famosos mostrando su mejor sonrisa y rindiendo culto al ego.