El audiovisual gallego recurre a la web para explotar su creatividad

cris gonzález / b.p. REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

Las series de Internet ganan popularidad entre los jóvenes internautas

25 ago 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Las series web se han convertido en el nuevo formato de moda en el audiovisual, ya que tanto el modo de difusión como los costes de producción son mucho más accesibles para los que intentan abrirse paso en el sector.

Cada vez son más los jóvenes gallegos que utilizan este tipo de formato. Algunos, como le sucedió a Sandra Lesta y Sonia Méndez, creadoras de Angélica y Roberta, recurrieron a él para adaptar la serie de televisión de la que ya tenían preparados los primeros veinte capítulos y que no podían grabar por falta de financiación. Sandra explica que la webserie la «podían emitir sin tener que contar con nadie más que con el equipo y las ganas». Otros, como David Suárez, de cuya idea nació Vincent Finch. Diario de un ego, prefieren la difusión web porque «da más libertad y no le tienes que gustar a todos los públicos. Además, te permite decir cosas que en otros lados no podrías decir». Los mismos motivos llevaron a Pablo Fontenla y Manu Barreiro a lanzar Canillejas como una serie web. Pablo piensa que «Internet tiene otro público, otro lenguaje otra realidad. La distribución masiva de contenedores en la Red es una maravilla», aunque añade que «el público es más selectivo y no tienes asegurado que vaya a llegar a un gran número de personas». La protagonista de Nadia en cuesta, la también gallega Raquel Espada, apunta como ventajas de las series online que «se pueden ver cuando quieras, donde quieras y las veces que quieras, sin tener que esperar para poder ver el siguiente episodio».

Todos coinciden en que este soporte conlleva un alto nivel de promoción. Los jóvenes creadores dieron bombo a sus productos mediante las redes sociales, alguna pequeña entrevista de prensa o televisión y, como dice David, gracias a que «gente conocida como Berto Romero diga que les gusta tu producto. Eso es la mejor promoción, eso y el boca a boca de la gente».

En cuanto a beneficios, todos coinciden en que el terreno no es una mina de oro. Sandra bromeaba con un «¿Eso qué es? Vendemos camisetas para poder continuar con la serie.No son beneficios. Es autofinanciación». El creador de Vincent Finch añade que «el mayor beneficio son los contactos y que te vayan viendo en este mundo. Conseguir una futura carta de presentación».

«Producto arriesgado»

Para la financiación, solo los de Canillejas afirman haber pensado en el crowdfunding, pero lo descartaron debido a que «era un producto arriesgado» y en la situación actual «la gente no está como para que les pidas más». Así fue como decidieron cubrir los costes de su propio bolsillo, aunque «supuso una gran inversión, sobre todo el decorado».También recrimina que son las administraciones las que deberían apostar por la cultura, pero «para ayudar a los que empiezan, no para sustentar una productora durante años, como ya ha sucedido».

Las chicas de Angélica y Roberta, aseguran que el producto se pudo llevar a cabo gracias a que cuentan «con un grupo de personas profesionales que las apoyan y se involucran con su trabajo, además de la coproducción de La Panificadora y la colaboración de Trípede». Mientras, el creador de Finch, su creador asegura que «todo fue sin dinero. Cada uno hacía un poco de todo y Martín era el productor porque tenía la cara para pedir las cosas, los locales y conseguir la gente». Sobre Nadie en cuesta, su actriz protagonista explica que la idea se produjo a partir de un máster de jóvenes directores impartido por Chus Gutierrez.

Estos cuatro proyectos son solo un ejemplo de como los jóvenes gallegos se intentan abrir paso en el terreno audiovisual, en un momento difícil en el que hay que plantearse si llegó la hora de realizar un cambio radical en el sector. Por el momento, ellos encontraron en la web una plataforma de difusión para sus obras, que de otra manera no serían más que ideas en el aire.