Telecinco hizo oír su «Voz» con el estreno más visto desde el 2006

b. pallas REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

El concurso fue seguido por casi 4,6 millones de espectadores

21 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Ocurre pocas veces que una cadena convoque a casi 4,6 millones de espectadores y una cuota del 30,6 % sin contar con 22 jugadores en pantalón corto y un balón. El miércoles, La voz de Telecinco entró en la liga de las estrellas del entretenimiento, en la Champions de la telerrealidad. Más de diez millones de personas vieron en algún momento la gran apuesta de la temporada de Mediaset, lo más visto desde el Gran hermano del 2006, lo que confirma el acierto de posponerlo hace meses para no interferir con El número uno.

Concursos de talentos, uno y otro, pero en las antípodas en cuanto a estilo, un reflejo de las distancias que marcan sus cadenas. El programa de Paula Vázquez ofreció espectáculo puro y duro: canciones, cantantes, jurados, valoraciones y un ganador. Todo políticamente correcto. El formato del otro Vázquez ferrolano cruza fronteras. Es una mezcla de géneros en el que la voz que le da título es importante, pero no lo es todo. Existe el efecto Sorpresa, sorpresa, que lleva al presentador gallego a irrumpir en la peluquería para pillar a una aspirante en rulos y bata y anunciarle, iPad en mano, que ha sido preseleccionada.

Hay también contenido tipo Diario de Patricia, gracias al cual una concursante abre su corazón y confiesa sus traumas por los comentarios de su padre acerca de su aspecto físico.

Frente a la formalidad habitual de los platós, el estilo en La voz es, digamos, campechano. Tanto que permite a Melendi, que promete ser la gran revelación, espatarrarse en su asiento como en el sillón de su casa.

Existen también el género publicitario, ya que anuncios y programa se funden en un todo, y el momento Follow Me, porque no es tan fácil pronunciar eso de coaches, que bien podrían haberse llamado entrenadores, como toda la vida. Claro que vista la fluidez verbal de los cantantes encargados de esta cata a ciegas (auténticos protagonistas) da igual el idioma. Como cuando Rosario dijo aquello de «los nervios te han pasado faena» o Malú exclamó al girar su asiento: «¡Hija, es que no te imaginaba así para nada, te imaginaba más... grande!». Queda claro que lo de estos seleccionadores es cantar. Quizás por eso los espectadores legos en la materia no acaban de entender su sobreactuación cuando descartan a alguien que canta medianamente bien y luego se pelean por fichar a quien destroza Summertime. Ellos sabrán.