Mario Casas: mimado por cámara y taquilla

miguel anxo fernández

TELEVISIÓN

28 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Aunque la popularidad le sonriera por su Aitor para el caricaturesco serial Los hombres de Paco (Antena 3), al coruñés Mario Casas, al contrario de otros actores de su generación beneficiados por la gloria televisiva, su reciente papel de Ricky en el filme Carne de neón lo confirma en registros más allá del tópico Pepe Melenas, rey de las nenas... Quizá por eso no logró arrastrar a las adolescentes a las salas como en sus películas precedentes. Su personaje carecía de encanto y el filme se alejaba de la coyuntura oportunista de Mentiras y gordas (2008), de la tristemente desmadrada Fuga de cerebros (2009) y del glamur plastificado de Tres metros sobre el cielo (2010). A cambio, aquel registro advierte de un futuro prometedor para el actor, aunque su actual Ulises en la seriada (¿y marciana?) El barco (Antena 3) poco hará por su carrera más allá de satisfacer a sus fans.

Para un cine tan necesitado de rostros taquilleros como el español, la presencia de Casas, lindando los 25 años (en junio), es una razonable esperanza certificada ya por algunos premios menores. La tradición advierte que la tele quema más que el sol del Kalahari, en parte por su consumo rápido y por su indulgencia con los primeros planos, al contrario que en el cine, en donde pocos actores jóvenes son capaces de sostenerlo por no saber mirar. En principio, al coruñés la cámara lo mima, la soberbia huye de sus pecados, y si asume como necesario reforzar la formación (muchos de sus coetáneos pasan de aprender y se ahorcan?), lo tendremos instalado en las pantallas. Más próximo a un Javier Bardem que a un Antonio Banderas, para entendernos.