Un gallego en la nueva «OT»

M. A. FERROL / LA VOZ

TELEVISIÓN

Enrique Ramil, entre los 17 finalistas del «reality» musical

18 ene 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Enrique Ramil, un vecino Ares, es desde el domingo uno de los 17 concursantes de la nueva temporada de Operación Triunfo, el concurso musical de Telecinco presentado por Pilar Rubio y que este año recupera a la cantante Nina al frente de la academia tras seis años de ausencia.

Ramil, de 26 años y uno de los artistas emergentes que participó en el espacio que La Voz dedica a los jóvenes talentos, debutó en el programa con una versión del tema Like a Virgin, de Madonna, por el que obtuvo una plaza en la televisiva academia. No es la primera vez que el aresano, con una dilatada carrera musical, granjea la atención de las cámaras, de hecho ha participado en espacios como Tú sí que vales, también de Telecinco, o La batalla de los coros, de Cuatro. El año pasado logró colarse entre los más votados para acudir a Eurovisión 2010; entonces consiguió el puesto 28 de los 309 que finalmente fueron admitidos. También ha participado en el Festival do Landro, en Viveiro.

Con la música a cuestas

Hasta su entrada en el reality musical, Ramil se pateaba la Península para llevar sus canciones allí donde le ponían un micro, habitualmente acompañado por su tío Manuel, músico y productor.

¿Estilo? Jazz, soul, funky... aunque prefiere no etiquetarse. Considera que de toda canción se puede aprender alguna cosa. No obstante, reconoce que no puede cantar sin llevar los temas interpretados a su terreno. Algunas de sus canciones favoritas son la versión de George Michael de Roxanne; I Believe I can Fly, de R. Kelly y la canción góspel Oh, Happy Day.

Sus inicios musicales le vienen de casta. Su madre dirigía el coro de la parroquia ?en el que debutó a los tres años? y su tío, Manuel, es un músico consagrado, con quien suele sentarse a componer. Tras varios pinitos en concursos y karaokes, dio el salto definitivo cuando se fue a Madrid. Allí es donde buscaba un hueco profesional que, a la postre, parece haber encontrado en Barcelona.

En el terreno personal, Ramil se define como conciliador y optimista, y asegura que su mayor virtud es su también su defecto capital: la transparencia.

Fanático de los cómics y el manga, combina las artes gráficas con su carrera artística. Lo que más valora es que la gente no se quede con la primera impresión y que le conozcan antes de juzgarlo; una meta que ha superado tras su primera actuación en el concurso musical de Telecinco.