La gallega, favorita en las encuestas y la preferida del jurado, se quedó a las puertas de ganar «Music Star»
31 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Faltó muy poco. Por un puñado de votos, la gallega Raquel Rodo se quedó a las puertas de ganar el concurso suizo Music Star , cuya final fue transmitida el domingo por la noche en el canal SF 1 para todo el país, y que logró una enorme repercusión mediática: no había más que echar un vistazo a las ediciones digitales de los diarios de ayer.
Raquel quedó finalmente segunda, tras la ganadora, Katharina. Fuera de la gloria y de la edición del disco que lleva aparejado el premio, pero convertida en toda una estrella. «Hemos quedado sin vencedora, pero hemos ganado una estrella», señalaban ayer sus amigos en la prensa. El titular del principal periódico de la zona en la que vive, el Berner Zeitung , titulaba a todo trapo: «Buchsi siempre te amará, Raquel». Buchsi es una manera más sencilla de referirse al pueblo en el que reside desde hace un año, Münchenbuchsee, en las afueras de la capital helvética. Numerosos locales estaban llenos de seguidores apoyándola y siguiendo el programa por televisión. En la entrevista introductoria, incluso le recordaron el artículo que, sobre ella, había publicado La Voz.
Tenía todo a su favor. Las encuestas previas la daban como favorita. El público presente en el estudio, también. Y el jurado profesional, lo mismo. Ocurre que en la noche decisiva, estos dos últimos datos no se tenían en cuenta, solo las llamadas de los espectadores.
Raquel se lamentaba ayer a medias. «Alí, no programa, o público deume a nota máis alta, un 9,9. E os do xurado, tres deces. Os xornais que facían enquisas previas dicían que gañaba eu. E ao final...». Insiste en que no está decepcionada, acaso más por las personas que la han apoyado que por ella misma: «É que recibín moitísimo apoio, sobre todo dos emigrantes».
Raquel había llegado a la fase final junto a tres compañeros. Interpretaron una canción cada uno (la de Raquel, en inglés) y dos ya se quedaron fuera. Para la decisiva, la gallega escogió Silencio , de David Bisbal. Una propuesta arriesgada.