Mondadori recupera la única novela gráfica premiada con un Pulitzer, una obra que retrató el nazismo con personajes infantiles
24 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.«Cando rematas a última páxina, es consciente de que isto é un clásico, algo que quedará para toda a vida». Palabra de Miguelanxo Prado, uno de los grandes en el cómic europeo y organizador de Viñetas desde o Atlántico, salón que nunca ha pisado Art Spiegelman, autor de Maus , quien vive casi recluido en Nueva York alejado de toda promoción. Con él coincidió el dibujante coruñés hace años en Alemania -una de sus contadas salidas a la Europa donde tiene sus orígenes-, en la entrega de unos premios, a uno por Trazo de tiza , al otro por esa historia de ratones, gatos, cerdos y perros que protagonizan la hasta hoy única novela gráfica galardonada con el Pulitzer, en 1992. Mondadori recupera ahora -acaba de llegar este mes a las librerías- el álbum en un único tomo con una nueva traducción algo más literaria y una cubierta más atractiva. Continente de lujo para un contenido extraordinario. Es un clásico, como lo describe Prado, por su historia y por sus recursos gráficos. Es una obra falsamente aniñada sobre un asunto, la irrupción del nazismo y los campos de concentración, de adultos. «Foi a primeira vez que se popularizou para o gran público a novela gráfica para os adultos, sen empregar nin sexo nin violencia», detalla el autor gallego. A cambio, realismo, historia, emotividad. « Maus es un libro que no se puede dejar de leer, ni siquiera para ir a dormir», apuntó el semiólogo Umberto Eco, conocido también por su afición a las viñetas. Desvelados ha dejado la andanza de Vladek Spiegelman y su familia, la misma que la de Art. El dibujante norteamericano hizo una disección somera y pormenorizada de las atrocidades de Hitler en Polonia a través de los ojos de su padre. La narración, en blanco y negro, con variedad en el tamaño de las viñetas, presenta a los judíos bajo la forma de ratones y a los nazis como gatos o cerdos -así aparecen los judíos reconvertidos- de manera que al relato en primera persona de su progenitor se suma una presentación inédita. Exprimía así Spiegelman los recursos de un género para el que supuso un punto de inflexión. «Acercábase dun xeito que case parecía unha fábula, o que acrecentaba a perversidade da historia, cun grafismo algo infantil», recalca Miguelanxo Prado. Maus apareció originalmente en una publicación, Raw , que fundó Spiegelman junto a su mujer. En España, en castellano, se ha editado, con la actual, en tres ocasiones, aunque inicialmente en dos tomos. Contaba él mismo que le llevó unos 13 años lidiar con la Segunda Guerra Mundial antes de publicar ese álbum. Recoge, además de los horrores y la persecución del Tercer Reich a los judíos, a algunos de los cuales tampoco trata con especial benevolencia. Hoy Art Spiegelman es editor adjunto de la revista New Yorker y desde la terraza de su casa contempló aterrorizado, un 11 de septiembre de 2001, como la guerra volvía a su vida. Tardó dos años en poner en imágenes aquel drama. Salió entonces Sin la sombra de las torres (Editorial Norma). Ha sido su último trabajo para el público mayoritario, que sólo se puede ver en esa influyente revista norteamericana. Él, que nunca quiso ser un dibujante político.