Las salas del Cantón reúnen 215 obras de uno de los grandes creadores del siglo XX El artista reflejó su espíritu y su afán contracultural junto a creadores como Warhol
13 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.La Fundación Caixa Galicia expone desde ayer en Ferrol toda la obra en papel de Keith Haring, uno de los grandes creadores del siglo XX y sin duda el padre de un lenguaje iconográfico que a día de hoy sigue impregnando el imaginario -y la retina- de millones de ciudadanos de los cinco continentes. La muestra, que en junio se trasladará a Pontevedra, incluye un total de 215 obras pertenecientes al período comprendido entre los años 1982 y 1990. De una etapa fundamental -los años que precedieron a su prematura muerte, víctima del sida- en la trayectoria de un artista nacido, como creador, del pop art . De un hombre profundamente preocupado por los problemas sociales, que a través de su colaboración con Andy Warhol, así como mediante la confrontación de sus imágenes con textos del escritor William Burroughs, dejó constancia de su espíritu contracultural, así como de su afán por cambiar la visión del mundo a través de iconos capaces de llegar a todo tipo de públicos. Abrir nuevos caminos La conservadora de la colección, Andrea Kriemler, leyó ayer en Ferrol los fragmentos de los diarios de Haring en los que el artista («Vivo en Nueva York, en el centro del mundo...», citó) remarcaba su deseo de que su febril creatividad sirviese para abrir caminos nuevos: «Pintaré todo el tiempo que pueda y para tanta gente como pueda», dejó escrito Keith Haring, un artista que en palabras de Kriemler «creció entre cómics y dibujos animados» y quiso hacer de su obra, por encima de cualquier otra cosa, una creación «accesible», que de alguna manera reflejase -e hiciese trascender- el significado último de los fenómenos sociales de su tiempo. También ayer, la directora de la Fundación Caixa Galicia, Teresa Porto, destacaba la importancia de la obra de Haring en el contexto de la creación plástica del pasado siglo, al tiempo que remarcaba su profunda significación como espejo de «la década de los ochenta» y de la «cultura de masas».