Reeditan la «Antología del humor negro», de André Breton

Tomás García Yebra MADRID

TELEVISIÓN

02 abr 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Desde muy joven, André Breton -padre de dos de los movimientos vanguardistas más incisivos y disparatados, como el dadaísmo y el surrealismo- se dio cuenta de que el humor era un poderoso bisturí para penetrar en la condición humana. «El hombre tiende por naturaleza a deificar lo que rebasa el límite de su comprensión», escribe en el prólogo de su celebrada Antología del humor negro, que acaba de ser reeditada por Círculo de Lectores y también por la editorial Anagrama. «No hay nada que un humor inteligente no pueda resolver con una carcajada, ni siquiera la nada», añade unas líneas después. Estas palabras, y unas cuantas más, sirven de pórtico a un volumen que Breton dio a la imprenta en 1939 y por el que sentía un especial cariño. Se trata de una antología de textos, seleccionados por él mismo, que incluye a reconocidos autores como Jonathan Swift, Thomas de Quincey, Charles Baudelaire, el marqués de Sade, Franz Kafka, George-Christoph Lichtenberg, Pierre-François Lacenaire, Fiedrich Nietzsche, André Gide o Lewis Carroll. En una lista de más de cuarenta nombres sólo hay dos españoles, Dalí y Picasso, y dos mujeres: Leonora Carrington y Giséle Prassino. El británico Lichtenberg (1742-1799) dejó escrito: «Si pintas una diana en la puerta de tu jardín, puedes estar seguro de que tirarán contra ella». Y a continuación: «Quisiera que mi cadalso tuviera pararrayos». Hay autores que utilizan aforismos, otros se valen de relatos cortos o pequeños ensayos. La nota común de estos escritores es que en su humor juegan con la muerte, el dolor y la moral establecida.