Dafoe recibe el premio Donostia 2005 por su carrera como actor

San Sebastián AGENCIAS

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Bertrand Tavernier presentó, fuera de concurso, una historia sobre la adopción de niños En el Festival de San Sebastián compitieron ayer un drama español y una comedia alemana

18 sep 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

El actor americano William Dafoe recibió ayer, de manos de la actriz española Nawja Nimri, el premio Donostia que el Festival de Cine de San Sebastián le entrega en reconocimiento a su carrera, que comenzó con un pequeño papel en La puerta del cielo, de Michael Cimino. Dafoe, que nunca ha sido nunca el guapo de la película, reconoce que su físico «ha sido una limitación y también una fuerza». Actor de superproducciones, polémicos y oscarizados filmes, este cincuentón de rostro anguloso y mirada irónica, volvió a la ciudad donostiarra para promocionar Before it Had a Name, historia que coprotagoniza con la también directora Giada Colagrande, su esposa. Dafoe, forjado a las órdenes de David Lynch -Corazón salvaje; Wim Wenders, Tan lejos, tan cerca; Alan Parker, Arde Mississippi; Oliver Stone, Platoon y Nacido el 4 de julio, y Martin Scorsese, La última tentación de Cristo- aseguró sentirse «muy orgulloso por este reconocimiento. Demuestra mucho cariño y el aprecio por la variedad de papeles que he hecho y también por mi voluntad de estar tanto fuera como dentro del sistema de Hollywood, uno de mis propósitos». l actor, miembro de The Wooster Group, compañía de teatro neoyorquina en la que lleva más de 25 años, acaba de acatar órdenes de su reciente y joven mujer, de 29 años. «Las directoras son más subversivas que el hombre y desarrollan una estética personal más profunda porque tienen que luchar el doble para sacar adelante los proyectos. Además, son más cariñosas, te cuidan más. De joven pensaba que los cineastas tenían que ser duros, ya no», confiesa. En la jornada de hoy, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, entregará el Premio Nacional de la Cinematografía 2005 al cineasta cántabro Manuel Gutiérrez Aragón. Camada negra (1977), Oso de Plata a la Mejor Dirección en el Festival de Berlín), Sonámbulos (1977, Concha de Plata a la Mejor Dirección en el Festival de San Sebastián) y El corazón del bosque (1978, elegida Mejor Película del Año en España) las películas que le convertirían uno de los realizadores más destacados de su generación. Un drama y una comedia En la jornada de ayer, compitieron las películas 7 vírgenes, del español Alberto Rodríguez, un drama sobre jóvenes marginales sevillanos, y la alemana Verano en Berlín, de Andreas Dresen, una comedia en torno a las amigas y vecinas. 7 vírgenes es el tercer largometraje de Alberto Rodríguez, codirector de El Factor Pilgrim y director de El traje. Protagonizada por Juan José Ballesta, el niño de El Bola, convertido ya en todo un adolescente. En su comedia, Dresen, que también ha dirigido teatro en Alemania, despoja la película de cualquier dramatismo. Protagonizada por Inka Friedrich y Najda Uhl, es también un retrato melancólico de los aspectos menos conocidos de Berlín. Sin embargo la mejor película de ayer no ha estado en la competición sino en la sección Zabaltegi, fuera de concurso. Se trata de Holy Lola, del prestigioso cineasta francés Bertrand Tavernier que ha elegido Camboya para mostrar la historia de un deseo, el de tener un hijo. Protagonizada por Jacques Gamblin, Isabelle Carré y Bruno Putzulu, muestra a una joven pareja europea que viaja al país asiático para adoptar un hijo. Se trata de un drama intenso en el que el director pone de manifiesto su profunda humanidad, en favor de la infancia desprotegida. ante desaprensivos capaces de vender un niño al mejor postor, es la protagonista.