El saber como fuerza motriz de la concordia centró ayer el debate de cinco ensayistas y filósofos en la Semana do Pensamento, del programa Galicia, Camiños de Concordia , que se desarrolla en Santiago, en el CGAC. Los filósofos Gustavo Bueno y Antonio Escohotado, el sociólogo Luis Racionero y el escritor Abel Posse coincidieron en una mesa redonda moderada por Fernando Sánchez Dragó, quien fue directo en la introducción y, después de indicar que la concordia se ha vuelto una palabra «vacía, muy recurrida por los políticos», manifestó su creencia de que el pensamiento «ha provocado más discordia que concordia, dada su fuerte carga subjetiva», si bien matizó que discordia no es sinónimo de violencia: «Uno puede ser pacíficamente discorde». Gustavo Bueno cuestionó la libertad de pensamiento. «Creer en la libertad de pensamiento es como pretender que un círculo sea cuadrado». «No existe un pensar auténtico», indicó quien sostiene que el pensamiento es, ante todo, contradicción. «Nadie puede decir soy ateo sin pensar en Dios». Escohotado llevó el debate al origen histórico del concepto concordia para indicar que se liga más a lo religioso que a lo ideológico. «Los primeros altares y templos, se hicieron porque se vivían tiempos de discordia. Eso demuestra que el concepto se liga más a los religioso que a lo ideológico». La mesa no dejó de criticar la falta de una postura más firme de la política a favor de la concordia. Lo hizo Abel Pose, para quien la política internacional «no ayuda, sino que fomenta la ley del más fuerte». Pose afirmó que «estamos en un tiempo de vacío donde la política no convoca a producir pensamiento alguno». Cerró el debate Racionero, quien apuntó que la unidad conlleva diversidad y viceversa y que hablar de concordia lleva automáticamente a pensar en discordia. «No es posible vivir sin entender y aceptar esta dualidad». La Semana do Pensamento cuenta hoy con Paul Rusesabagina, inspirador de la película Hotel Rwanda . A las 19.00 dará una lección magistral.