Un «reality» busca chicas guapas y tontas para chicos listos y feos

Tatiana López CORRESPONSAL | NUEVA YORK

TELEVISIÓN

Ninguna de las concursantes supo decir dónde está Rusia El programa pretende ser el éxito del verano en las pantallas estadounidenses

04 jun 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

«Rubia tonta busca empollón inadaptado para experimento sociológico». El último reality de los EE.?UU. viene falto de pudores y presenta todos lo tópicos existentes en la sociedad norteamericana. Bajo el título de The beauty and the geek , algo así como La guapa y el empollón se estrenaba este mes el concurso que pretende reunir a las tontas más bellas del país con los cerebros menos atractivos. El funcionamiento del reality es el siguiente, siete espectaculares mujeres cuyo bajo intelecto ha sido más que probado por la organización del concurso conviven durante varias semanas con siete chicos a quienes les sobra cerebro pero les falta atractivo. Emparejados desde el principio las «macizas» y los «listos» deben enseñarse mutuamente sus conocimientos. Así mientras ellos les instruyen acerca de cuestiones profundas como dónde está Rusia, una pregunta que ninguna de las participantes supo contestar en las pruebas de preselección. Ellas les enseñan a bailar de forma sexy o dar masajes sensuales mientras comparten cama, cenas románticas o jacuzzis. La pareja que más haya cambiado al final de los ocho episodios recibirá un premio de 250.000 dólares. «Yo no soy muy inteligente, pero sé que ganar es bueno y perder es malo», afirmaba en el primer capítulo Erika, una de las oxigenadas concursantes. Los organizadores del show lo han dejado claro desde el principio que «esto no es un una programa para buscar pareja, sino un experimento sociológico que pretende demostrar que todos podemos ser mejores», afirmaba Ashton Kutcher productor del programa más conocido como el jovencísimo novio de Demi Moore. Las primeras pruebas serán deletrear palabras (ellas) y bailar (ellos). La dificultad se hizo evidente cuando una chica fue incapaz de deletrear correctamente la palabra «Tattoo» y uno de los chicos empezó a chorrear sangre por la nariz en un ataque de miedo escénico.