«El maquinista», producida por Filmax, entusiasma en Sitges

Boquerini SITGES

TELEVISIÓN

JAUME SELLART

Aitana Sánchez-Gijón protagoniza el filme, que gustó en Sundance y hace campaña en EE.UU. Brad Anderson dirige esta película, rodada en Barcelona y que es producto de la Fantastic Factory.

05 dic 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

La mejor de la larga lista de producciones de la Fantastic Factory, división del sello Filmax especializado en suspense y terror, se estrenó en España en la competición del Festival de Sitges. Se trata de El maquinista, que ha entusiasmado de la misma manera que lo hizo en el pasado Festival de Sundance, donde fue presentada internacionalmente, y de la que se realiza en EE.UU. una campaña de lanzamiento para lograr una nominación a los Oscar. Aunque se trata de una producción íntegramente española, rodada en Barcelona y alrededores, tiene todo el aire del cine independiente norteamericano. Es así por sus creadores, el director Brad Anderson -recordado en España por su anterior filme, Session 9 - y los actores Christian Bale y Jennifer Jason-Leigh, a los que se suma la española Aitana Sánchez-Gijón. También por su diseño de producción, que hace muy creíble que la acción se desarrolle en una indeterminada localidad de Estados Unidos y porque, originalmente, se ha rodado íntegramente en inglés. El protagonista de la historia, que se mueve entre el thriller y el suspense psicológico, es un insomne y famélico obrero de una fábrica de piezas metálicas (Christian Bale) que sufre constantes alucinaciones. A sus compañeros les cuesta mucho relacionarse con él, y sus únicas amistades las tiene con dos mujeres, una prostituta comprensiva (Jennifer Jason-Leigh) y una camarera del aeropuerto (Aitana Sánchez-Gijón). Su vida se complicará más cuando se lo considere responsable de un accidente laboral que hace que un compañero pierda un brazo. «Me llegó el guión e inmediatamente lo hice mío», dijo en Sitges Brad Anderson. En un principio estuvo buscando financiación en Estados Unidos, «pero es una historia tan provocadora que asustaba a los productores estadounidenses», manifestó. Fue entonces cuando entró en contacto con Filmax, que aceptaron producirla con la única condición de que se rodase en Barcelona, lo que supuso para él una ventaja desde el punto de vista de la libertad creativa. Aitana Sánchez-Gijón recordó que el guión le llegó por e-mail cuando estaba en la Patagonia rodando La puta y la ballena y que le impactó mucho.