«La experiencia abisal» fue perfilada por el escritor ourensano meses antes de morir El acto de presentación contó con la participación de César Antonio Molina
29 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.Maestro y padre espiritual. Así recordó ayer el director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina, a su gran amigo José Ángel Valente (1929-2000), durante la presentación de La experiencia abisal , una recopilación de los ensayos literarios escritos por el poeta ourensano posteriores a Variaciones sobre el pájaro en la red (1991) y otros textos inéditos, que acaba de publicar Círculo de Lectores/Galaxia Gutemberg. «No entiendo eso de la claridad y de la bonatura idílica de los poetas. Los poetas deben buscar lo oscuro, lo desconocido, lo innombrable, y eso fue lo que hizo Valente», señaló Molina, que ya publicó algunas de estas piezas cuando era director del sumplemento Culturas , de Diario 16 . La emblemática Residencia de Estudiantes fue el lugar elegido para la celebración de este homenaje, que contó con la asistencia de la viuda del autor de Fulgor , Coral. El filósofo Miguel Morey y el poeta argentino Juan Gelman, que estos días se encuentra en la capital promocionando su último poemario, País que fue ser á, quisieron participar en este evento, con el que la editorial pone fin a la tarea de edición de los escritos póstumos del excelso escritor y traducto r. «Este libro me enseña a leer poesía y a caminar por los textos de los autores. No se sabe si estás leyendo prosa o poesía. Hay rasgos que se superponen y se trata de una escritura que está pensada para ser leída dos veces. Está pensada para la relectura», elogió Morey. Haciendo gala del estrecho lazo que los unió, Gelman se confesó admirador de toda la obra de Valente: «Siempre transcurre por la búsqueda del amor y la palabra como pasado que va a ocurrir. Él habla de la ceguera y de los ojos acostumbrados a no ver nada, el deseo de poseer es la negación del ser, decía Valente, siempre siguiendo la razón del corazón», apostilló. La experiencia abisa l, que cuenta con una ilustración del escritor Juan José Lezama en la portada, fue perfilado por José Ángel Valente pocos meses antes de morir. En él, el lector podrá encontrar las mejores páginas críticas de esta figura clave de la lírica del pasado siglo X X.