Sólo Spike Lee y los dibujos salvan una jornada aburrida en Venecia

Íñigo Domínguez ENVIADO ESPECIAL | VENECIA

TELEVISIÓN

ALESSIA PIERDOMENICO

El certamen está resultando irregular y la organización es absolutamente caótica Decepción generalizada en el concurso con «Vanity fair», de Mira Nair.

05 sep 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

El comentario dominante este domingo en la Mostra de Venecia no era esta o aquella película, sino una organización desastrosa que en un principio pagaban sólo los periodistas, luego el público, pero que la noche del sábado ya alcanzó de lleno a las estrellas. La proyección oficial de El mercader de Venecia comenzó con dos horas de retraso porque se habían vendido cientos de entradas de más. El resultado fue que el propio Al Pacino tuvo que ver su película de pie. Esta demora afectó a las sesiones posteriores: Mar adentro y Finding Neverland , con Johnny Depp y Kate Winslet, que acabó a las cuatro de la mañana. Amenábar y su troupe cenaron hacia las dos, exhaustos pero contentos por la gran ovación que recibió el filme. Hubo un pequeño susto cuando se supo que Mar adentro se había proyectado por la tarde en una sala de Treviso, antes del estreno en el concurso, algo que supondría su descalificación. Sin embargo, la Mostra notificó que consideraba proyectada la película el día anterior, en los pases previos, y que fue un episodio ajeno a la producción y sin mala fe. Nada interesante No sólo el hartazgo y la magnitud del caos propiciaron que fuera el centro de atención, también contribuyó decisivamente el hecho de que no hubiera nada más de lo que hablar. Las últimas películas a concurso han sido otro fiasco. Especialmente decepcionante -excepto el trabajo de Reese Whiterspoon- ha sido Vanity fair, de Mira Nair, que ganó el León de Oro en 2001 con La boda del monzón . Vino al salvar el día un filme de dibujos animados que compite en el certamen. No es una cinta cualquiera, sino la nueva película de Hayao Miyazaki, ídolo de la animación japonesa y autor de la magistral El viaje de Chihiro , vencedora en Berlín en 2002 y luego en los Oscar. El castillo errante de Howl empieza como un cuento victoriano que se transforma en una pesadilla bélica, con destellos oníricos. El otro pequeño respiro del día, fuera de concurso, lo proporcionó Spike Lee, que ha entregado una película divertida e interesante por momentos, aunque es una pequeña empanada de temas superpuestos. She hate me (Ella me odia), un hombre que se acuesta con lesbianas que quieren un hijo a cambio de dinero. Subversivo Robbins La carga subversiva del fin de semana vino con Tim Robbins y una de las musas de los movimientos antiglobalización, la escritora Naomi Klein. Robbins llegó con una cosa rara bajo el brazo: su obra de teatro Embedded , estrenada en Nueva York, grabada en vídeo digital para difundirla por el mundo. La otra estrella invitada en la playa alternativa fue Naomi Klein, que se ha pasado a la dirección junto a su marido Avi Lewis. The take (La toma) es un modesto documental a lo Michael Moore, pero sin su gracia y poca chispa, que sigue a un grupo de parados argentinos que ocupan las fábricas.