La Voz entrega en DVD «El terror», una obra de culto del cine fantástico

César Wonenburger REDACCIÓN

TELEVISIÓN

Jack Nicholson y Francis Ford Coppola intervinieron junto a Roger Corman en su realización La película se puede conseguir mañana por 1 euro además del precio del periódico

06 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

En 1963, justo después del rodaje de uno de sus mayores éxitos, El cuervo , pertenecientes a la popular serie de adaptaciones cinematográficas que llevó a cabo sobre textos de Edgar Allan Poe, el director Roger Corman se disponía a relajarse un poco practicando uno de sus deportes favoritos, el tenis. Pero cuenta la leyenda que llovía mucho, y como los decorados de su reciente película todavía no los iban a retirar hasta cuatro días después, decidió en ese mismo instante que bien podía aprovechar el tiempo rodando otro filme. Con su habitual ritmo de trabajo, sólo necesitaba tres días. Así fue como nació El terror , una obra de culto para los aficionados al cine fantástico. El terror ostenta un raro récord, posiblemente sea la película de la historia en la cual intervinieron más directores. Aunque en los créditos finales sólo figuró Corman, lo cierto es que Francis Ford Coppola, a quien el realizador -como ocurrió con otros muchos jóvenes cachorros del cine norteamericano de los años 60 y 70- le ofreció la oportunidad de dirigir su primera cinta, Dementia 13 ; Monte Hellman, Jack Hill e incluso Jack Nicholson, que también actuó en ella, colaboraron en tareas de realización durante distintas fases de su breve rodaje. Escenas sueltas Corman llamó al actor Leon Gordon para que escribiera una serie de escenas sueltas, que luego, una vez filmadas, se convertirían en el asunto de la película. El argumento parecía lo de menos. No había guión. Los actores improvisaban y como resultado de esa improvisación se modificaban luego las escenas escritas, hasta rodar lo que parecía la solución más oportuna; un método de trabajo alejado radicalmente del sistema que los estudios imponían normalmente en sus producciones. Una vez más, para Corman, no se trataba tanto de poner en pie una historia lineal al uso como de recrear la inquietante atmósfera que caracterizó su ciclo sobre Poe: personajes torturados por la carga de algún oscuro hecho pasado; castillos misteriosos habitados por seres estrafalarios; un viajero que pasaba por ahí y de repente siente el inocente impulso de llamar a la puerta, mujeres extrañas... Terror gótico en estado puro. Un oficial del ejército de Napoleón, Andre Duvalier (Jack Nicholson), viaja a caballo por una zona costera donde encuentra a una enigmática mujer (Sandra Knight) que desaparece como por arte de magia. Mientras la busca, un halcón lo ataca y pierde el sentido. Una vez recuperado, prosigue la búsqueda hasta llegar a un castillo, donde vive el siniestro barón Victor Frederick von Leppe (Boris Karloff). Su mujer, Helene, murió hace años, y desde entonces su espíritu vaga libremente por los alrededores. El indiscutible rey de la llamada serie-B, capaz de sacar adelante hasta ocho producciones al año, contó como siempre con un equipo de fieles colaboradores, no sólo detrás de la cámara. El visionario que había aprendido su oficio durante los albores del cine de fantástico, y ahora había tomado bajo su cobijo a algunos de los jóvenes llamados a revolucionar los arcaicos cimientos del cine norteamericano de estudios (los Scorsese, Bodganovich, Lucas y demás), ponía frente a frente en una nueva película al pasado, que en la cinta encarna un Boris Karloff de 76 años, con el futuro, un poco experimentado Jack Nicholson que además aparecía junto a su entonces mujer, la actriz Sandra Knight.