«Quiero pensar que no soy cómodo para Hollywood»

Angélica Martínez LOS ÁNGELES

TELEVISIÓN

TIZIANA FABI

El singular director norteamericano afincado en Londres estrenó en España su última película, «Big Fish», una visión surrealista y poética de los sentimientos fraternales

05 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

El singular Tim Burton regresa al mundo de las fábulas. Tras pisar El planeta de los simios , un remake que decepcionó a sus millones de fans, el autor de Bitelchús, Eduardo Manostijeras y Ed Wood estrenó ayer en España Big Fish , adaptación cinematográfica de la novela de Daniel Wallace que antes de llegar a sus manos estuvo en las de los poderosos Steven Spielberg y Ron Howard. Albert Finney, Ewan McGregor, Steve Buscemi y Jessica Lange son los nombres de esta historia firmada por Burton, que, aunque reside en Londres, no ha perdido poder en Hollywood, donde está considerado una estrella. Junto a su nueva pareja, la actriz Helena Bonham Carter, con quien acaba de tener su primer hijo, el personalísimo director de Pesadilla antes de Navidad y Sleepy Hollow comienza una nueva aventura personal y disfruta de la «libertad europea que tanto me ha sorprendido», declara Burton en plena promoción de Big Fish , una extraña, surrealista y poética visión de los sentimientos fraternales que le acercan al mundo de los hermanos Grimm, porque aquí los gigantes, hombres lobos y los cuentos son la fuente de inspiración de la vida real. -Todo indica que en «Big Fish» ha puesto su corazón. -Con este filme me metí en un territorio nuevo para mí. He disfrutado mucho rodando porque todo ha sido más sencillo, más emocional y con una calidad que no reconozco en mis anteriores trabajos. Yo no estaba buscando esto, pero, tras la muerte de mi padre, pasé por un momento difícil, y necesitaba hablar de forma abstracta de mi relación con él. Sin duda, este guión, escrito por John August, fue una catarsis. -¿Tuvo una buena relación con su progenitor? -No. Él no era una mala persona, sólo uno de esos hombres que dejó la casa antes de tiempo, que jamás se comunicó mucho con su familia, y con quien no hablé demasiado. Hacia el final de su vida tratamos de hacer un intento por conectar, pero yo, como el personaje de la película, tenía una bolsa de emociones encontradas. -Rodando este largometraje supo que iba a ser papá. -Sí. y eso fue muy extraño. Esta película está llena de espejos raros, la muerte al principio y el nacimiento al final. Pero en Big Fish tenía más presente la muerte de mi padre porque era lo que sentía y es algo para lo que nadie está preparado. Ser padre fue otra cosa. -Como guionista, este filme es su mejor fantasía. -Sí. Cuando trabajas en Hollywood, tienes que convertirte en el mayor mentiroso del reino. Como no tengo todas las respuestas, me guío más por las percepciones, más por el lado surrealista que real de la vida. Cuando veo las noticias en televisión, me parecen una fantasía completa porque la gente se convierte en alguien diferente. Encuentro más ficción que realidad en la televisión. -«El planeta de los simios» no fue bien recibida, ni por el público ni por la crítica ¿Se lo tomó como algo personal? -Siempre intento personalizar todo lo que hago. Me interesó hacer El planeta de los simios por una perversa razón que no dije al estudio porque ellos no querían hacer un experimento malévolo, querían una macroproducción para el verano. Me sorprende el concepto de lo que es éxito y fracaso, jamás puedo predecir lo que va a suceder con una película. Cuándo terminé Ed Wood pensé que iba a ser mi mayor triunfo. Sin embargo, se convirtió en la gran bomba. No puedo medir el alcance que van a tener mis proyectos. -Hay pocos rebeldes en Hollywood. ¿Es usted uno de ellos? -Yo peleo contra el sistema, incluso la gente que está dentro del sistema pelea contra él. Pero para ser honesto, una de las razones por las que Big Fish ha sido una gran experiencia fue que el guión me lo envió el estudio. Me impresionó que fuera aprobado por un gran estudio. Pero no me considero un elemento del planeta Hollywood. Si tienes éxito, te conviertes en una persona cómoda y quiero pensar que yo no lo soy. Trato de recordarme que soy un ser humano y no un producto que se vende. -Dicen que es usted muy feliz en la capital británica. -Disfruto mucho. Fui a Londres por primera vez cuando hice Batman y sentí que había vivido allí en una vida anterior. Encuentro más libertad en Inglaterra que en EE.UU., te aceptan mejor en Londres que en Los Ángeles. Hay un sistema clasista establecido, pero el comportamiento individual se juzga mucho menos. -Usted es un devorador de cómics. ¿Ha influido en su trabajo? -Las historias que más me gustan me las ha contado el cine. A través de las películas he encontrado la mejor forma de explorar mis pensamientos y expresarme al mismo tiempo. -Muchos aseguran que Internet va a terminar con la forma tradicional de contar historias. -Utilizando la tecnología que quieras, siempre habrá una historia que contar en algún lugar. Pertenezco a la generación de la televisión, mi capacidad de atención es menor que la de alguien mayor que yo. Cuando veo las noticias, me pregunto qué estoy mirando, pero cuando veo un filme me relajo y me dedicó a explorar un sueño de alguien diferente a mí. El cine me permite ver cosas sin la necesidad de tener prisa.