«Woody Allen ha hecho mucho daño al cine»

Rubén Ventureira A CORUÑA

TELEVISIÓN

Entrevista | Juan Antonio Porto

16 feb 2021 . Actualizado a las 13:44 h.

«Solo hay un tema del que no hablo», advierte antes de la entrevista. El asunto tabú es el noviazgo de su hija con el ministro Álvarez-Cascos. «De cine, lo que quieras», invita Juan Antonio Porto (A Coruña, 1937), guionista de más de treinta películas ( Beltenebros , El crimen de Cuenca ) y series televisivas ( La forja de un rebelde , La Regenta ), profesor de la rama de Imagen en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense y tertuliano habitual de Qué grande es el cine . Afincado en Madrid, Porto pasa unas semanas en su ciudad natal, donde acaba de reformar su casa de casi toda la vida.

-¿En qué está trabajando ahora? -En una serie para televisión con Ana Diosdado, a partir de una idea de ella. Nos estamos divirtiendo. Será una comedia.

-¿Cómo fue su experiencia con otra mujer, Pilar Miró, en «Beltenebros»? -Muy dura. Pilar siempre tenía muy claro lo que no quería hacer, y tenía muchísimo menos claro lo que quería. La echo mucho de menos. También trabajamos en una cosa muy bonita que no se llegó a hacer, una comedia con políticos democráticos. Los productores no se atrevieron. A veces nos olvidamos de las zancadillas que sufrió la democracia. Decir las cosas que uno quiere decir sin ningún miedo vale mucho, y eso a mí me llegó a los cuarenta años.

-En la última gala de los Goya se escuchó que estaba en peligro la libertad de expresión. ¿Lo cree así?

-El hombre sigue siendo un animal político. Me parece muy bien que el cine se manifieste, aunque puede que no estés de acuerdo. El otro día por la calle, aquí, en La Coruña, alguien me dijo que después de lo de los Goya no iría a ver más cine español. «Tú te lo pierdes», le contesté. Yo creo que la libertad de expresión no está amenazada, pero hay que estar siempre ojo avizor, siempre hay que luchar.

-¿Cómo ve desde Madrid el aumento de la producción gallega? -El cine es jacobino, centralista. Es muy cara la industria para que se pueda mantener una en cada autonomía. Además, un arte fotográfico como el cine necesita sol. Y una industria donde funciona tanto la electricidad huye del agua. En todo caso, me parece meritorio lo que se está haciendo en Galicia. Pero las películas las montan en Madrid, los laboratorios están en Madrid...

-Usted nunca ha trabajado en Galicia. ¿Por qué? -Nadie es profeta en su tierra. En un libro que hay sobre cine gallego aparezco yo con una sola película, y llevo treinta y tantas. Y supongo que será porque es una película de tema gallego.

-¿Cuál? - El bosque del lobo [1970], de Pedro Olea, sobre el hombre-lobo de Allariz. Curiosamente, fue defendido de oficio por uno de mis tatarabuelos.

-¿Hay crisis de buenas historias en el cine? -No está en su mejor momento. Hace poco, vi Laura [1944] en la tele. Era la mejor película y la más moderna de todas las que echaban ese día, cines incluidos. Yo veía todos los años dos estrenos de Hitchcock, dos de John Ford, dos de Billy Wilder. Creía que siempre iba a ser así, pero esos murieron y los que vinieron después no les llegan ni al tobillo.

-¿Ni Woody Allen? -A mí me gusta el cine. Woody Allen ha hecho mucho daño al cine, y lo peor son esas películas que imitan su estilo. No me gustan ni Allen ni su público, que se ríe como si hubiese descubierto un secreto. El gag verbal es muy barato. El cine nació para el pueblo y se está aristocratizando, se está convirtiendo en un arte para exquisitos. Eso de las salas de arte y ensayo me pone de los nervios.

-Por cierto, ¿le dio clase a Alejandro Amenábar? -Creo que sí. A Fernando Trueba, seguro. Se acuerda de mí. Y yo de él.

-¿Y aprobaba a Trueba? -Sí, sí. Yo suspendo muy poco. En este oficio, la que suspende es la vida.