«Este galardón me ha abierto la cajita de la memoria»

Gema Lendoiro MADRID

TELEVISIÓN

J.M. ARAGÓN

Concha Velasco recibió ayer la medalla de oro de la Academia Española de Cine en reconocimiento a toda su trayectoria en el panorama artístico español

09 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Acaba de cumplir hace unos días 64 años y es la envidia de muchas mujeres de su edad y de alguna más joven. Concha Velasco parece haber hecho un pacto con el diablo porque está guapa, sigue llena de vitalidad, a pasar de los pesares, y aunque ha tenido que pasar algún mal trago, sigue sonriendo todo el rato. De la chica de la cruz roja quedan muchas cosas, especialmente las ganas por seguir en lo único que, según ella, sabe hacer: ser artista. Después de tantos años siendo uno de los rostros más conocidos del panorama nacional, Concha Velasco recibió de la Academia del Cine, su máximo galardón: la medalla de oro. -Bueno ya sé que me la van a dar desde el pasado mes de marzo cuando Marisa Paredes era todavía la presidenta de la Academia, y que, precisamente fue ella la que me propuso para obtenerla. He estado todo este tiempo muy ilusionada por que llegara este momento que, por fin, ha llegado. La verdad es que han pasado ya tantos años desde que empecé... Fíjate que mi primera película fue con 14 años, El bandido generoso, en el año 1954, así que esta medalla es como unas bodas de oro a mi carrera. -¿Alguna vez se le pasó por la cabeza eso de « si no me la dan nunca»? -Ja, ja, no, eso no se debe pensar nunca. Cuando trabajas dándolo todo en lo que piensas es en el premio del público, es decir, en hacer las cosas bien, no en que te van a dar este o aquel premio. Eso no quita que no esté agradecidísima a todos los que han decidido otorgármela, primero porque son compañeros de profesión y segundo porque soy la tercera mujer en recibirla. Las otras dos han sido Sara Montiel y Ana Belén. -Cuando mira atrás y repasa su carrera, ¿piensa algo como ¡no ha estado mal!? -Ya lo creo. Primero porque con este galardón y se me ha abierto la cajita de la memoria y, segundo, porque al mirar hacia atrás lo he hecho con mucha nostalgia. -Vamos que está orgullosa de sí misma, que se da palmaditas en la espalda... -No sé si palmaditas, pero una cosa está clara. Yo he tenido una carrera muy bien llevada. Tengo que reconocer que gracias, sobre todo, a la gente que me ha apoyado y que ha estado a mi alrededor. Me viene a la cabeza la figura de Damián Rabal, responsable de mi trayectoria artística tantos años, pero también tantas otras personas que no te cabrían en esta hoja. -¿Algún punto negro, algo de que arrepentirse? -Profesionalmente no, porque nunca he hecho nada de manera forzada. Me he equivocado muchísimas veces, pero de los errores se aprende. En mi vida personal me arrepiento de los daños hechos a personas. -¿Cómo los ha solucionado? -Pidiendo perdón, que creo que es lo más difícil. Yo soy creyente, creo en otra vida y sé que estando de paso es importante hacerse perdonar.