Woody Allen: «Me resulta fácil inventar chistes sobre el papel»

Rosa Díaz BARCELONA

TELEVISIÓN

LUCA BRUNO

El cineasta plasma sus dotes cómicas y su obsesión por los complejos en «Todo lo demás» El director afirma que hay similitudes entre este filme y «Manhattan» o «Annie Hall»

04 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

Woody Allen estrena hoy en España Todo lo demás , una sucesión de veloces diálogos en los que el cineasta demuestra, una vez más, sus dotes cómicas y su obsesión por los complejos mecanismos que rigen las relaciones de pareja. «Me resulta muy fácil inventar chistes sobre el papel cuando estoy trabajando en un guión. Cuando tenía 16 años trabajaba para una editorial que me pedía 50 chistes al día, y los hacía sin problemas», ha explicado el cineasta a Efe. Esa facilidad para hilvanar punzantes réplicas y contrarréplicas es la principal virtud de su último trabajo, un largometraje que no pasará a la historia como su mejor película, pero que mantiene alto el listón. El propio Allen encarna a un personaje secundario pero esencial en la trama del filme, que protagoniza algunos de los momentos más divertidos de la película. Tras ver al cineasta en la pantalla interpretando a este lúcido y divertido paranoico, resulta chocante comprobar que el auténtico Woody Allen apenas sonríe. «Yo no soy particularmente divertido ni interesante -dice sin levantar los ojos del suelo-. Soy un tipo de clase media, que desayuna, pasea, va a ver partidos de baloncesto.... Socialmente no soy muy divertido, no soy como Jim Carrey o Robin Williams, que siempre están haciendo bromas». Educado, Allen atiende a los periodistas con paciencia y a los fotógrafos con buenos modales, pero es incapaz de disimular su aversión a las rutinarias sesiones de fotos a las que se ve sometido cada vez que estrena una película. En esta ocasión, se trata un filme sobre un joven inteligente, leal y algo cobarde (Jason Biggs), incapaz de dar un giro a su vida y liberarse de una novia inconstante que le engaña (Cristina Ricci) y de un representante que frena su carrera profesional y le chantajea emocionalmente (Danny de Vito). Todo lo demás es otra vuelta de tuerca a algunos de los temas más recurrentes de Allen, como las relaciones sentimentales y el miedo a la soledad y a la toma de decisiones. «Inconscientemente vuelvo siempre a los mismos temas. Es lo mismo que me ocurre con el psicoanálisis, los temas que me interesan emergen una y otra vez», dice el cineasta, que reconoce puntos de contacto entre esta película y filmes como Annie Hall y Manhattan .